5. Carlos Rangel
Hace varios años, Noam Chomsky, en una conferencia impartida en México preguntaba al público con respecto a los niños que estaban muriendo de hambre:
"¿Cuántos niños necesitan morir para que se haga algo? Ayer eran ya veinte. ¿200 niños?¿2 mil niños?¿20 mil niños?¿200 mil niños?¿Cuántos niños necesitan morir para dejar de cometer las mismas tonterías que se han hecho hasta ahora?" (1993)
En el caso del Telapón y la expedición infantil que se celebra anualmente, puedo opinar varias cosas:
1. El total de la comunidad no está enterada de todo lo que hay detrás del asesinato de Humberto. Dos personas que fueron detenidas y puestas a consignación. Derechito a que se pudran en la cárcel. Al menos eso se quiere creer. Sin embargo, en una reunión que tuvimos el año pasado con las autoridades del municipio y en donde nos pedían quitar el veto a la zona, nos dijeron amablemente que "Ya esos están capturados. Pertenecen a una banda de 15".
Dije "tuvimos" porque estaba ahí Agustín Tagle, del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, Alfredo Velázquez, de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, Rodulfo Araujo, como vocal de la misma Federación, una representante de Scouts de México (cuyo nombre se me escapa) y yo, como presidente del montañismo de la UNAM.
Esa fue la declaración oficial: 13 están sueltos, dos tras las rejas. Esperemos que aún estén ahí, porque los intereses son muy fuertes: el oro verde del bosque es de nadie o, mejor dicho: de quien lo corte y lo comercialice. Y de los trece, muchos contratan guardaespaldas, que además hacen sus fechorías por su cuenta.
Yo me negué a quitar el veto. Era absurdo siquiera pedirlo cuando ellos nos daban tal información.
2. Han pasado ya casi seis meses del asesinato. Ciertamente, si no estuvimos ahí y no fue nuestro compañero, no nos sentiremos afectados. Aturdidos, sí, pues nos puede pasar. Ya lo descubrimos. Que un colegio entero vaya al Telapón vigilado por la seguridad del municipio (como seguramente harán) NO es garantía de que no les vaya a pasar nada. ¿Cuántos niños van? Cuántos policías, médicos, profesores, organizadores van con ellos? Digamos que uno por cada ¿8 niños? ¿Esa es la seguridad que se ofrece?
3. El veto al Telapón es sólo un señalamiento de seguridad, no una imposición. Es como cuando te dicen "Usa casco al escalar". Si quieres, lo usas. Si no, es responsabilidad tuya. Sin embargo, hasta ahora todos los grupos se habían alineado en un movimiento de protesta que no tiene precedentes en la historia del montañismo. Y tiene éxito. Si yo leo en el periódico que subió un grupo de niños con toda seguridad al Telapón (casi apostaría que se omitirá en la nota la presencia de la policía como respaldo de seguridad), entonces pensaré que es completamente seguro ir. Falso.
4. Sería francamente doloroso tener un asalto, una violación o una muerte en este evento o en todos los demás. Doloroso por la pérdida misma y porque SE SABE que el sitio es **potencialmente** peligroso.
5. Desde mi muy particular punto de vista, sería conveniente que a los padres de familia y a los niños se les informara de lo que ha pasado en el Telapón. De otra manera, se estaría cometiendo un engaño. Y uno de grandes proporciones en donde se les dice que es prácticamente un día de campo. Sí, lo es. Pero si se piensa que hay gente armada en el monte... ¿cuánta gente acudiría realmente? ¿Cuántos padres de familia? ¿Cuántos niños?
6. Es cierto que el evento puede ser importante para los niños. Pero aunque sea gratuito, aunque se le pague a cada participante, el Telapón es una zona de guerra entre los talamontes y las autoridades. Es guerra económica pero también de poder. Si utilizan un poco su buscador preferido de Internet, encontrarán que hay diputados de varios partidos metidos en la zona.
7. Creo que tu aseveración de "no se le puede presionar para que cambie su sede de evento, así nomás porque si" está muy hecha a la ligera. O quizá valoras de una manera distinta una vida humana perdida de esa forma. No se está obligando a nadie (ver punto 3) y menos "así nomás porque si". Hubo una muerte y que además fue publicada por el mismo Gustavo Herrera. ¿Qué es lo que no queda claro de esto?
8. Ignoro cómo tomen los organizadores el montañismo. O excursionismo, como le llamen a su actividad. Para mí y para muchos más, no es sólo el hecho de ir y llegar a la cima, ver caras sonrientes y ya. Es regresar bien todos. Y además, algo importante: haber aprendido algo. Y ese algo es SEGURIDAD. Hablamos de niños. ¿Así queremos que sigan normas de seguridad en la calle, en el auto, en la escuela o en la casa? Si los adultos, encargados de su seguridad, saltan una regla de seguridad clave: NO ir adonde hay peligro.
9. Creo que no se pone en tela de juicio la organización del evento. Pero yo sí pongo en duda la cordura de los organizadores. En montañismo siempre es más fácil ir adonde ya se ha ido y se conoce bien que conocer un lugar diferente.
10. Como todos saben, ya no pertenezco a la UNAM, pero sigo siendo montañista y explorador. Un nombramiento no me quita lo que he hecho a lo largo de mi vida. No sé si se les ocurrirá informar a los padres de la situación ("Sí, pero eso pasó hace medio año y nosotros llevamos a la policía para que nos vigile"), pero yo sí pondré en montanismo.org.mx una nota sobre los riesgos que se están corriendo.