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Montañismo y Exploración
Primer ascenso invernal al Cerro Tupungato
16 octubre 2007

El Cerro Tupungato se encuentra casi aislado de todo y el acercamiento a él es tardado. Un grupo de cinco montañistas argentinos se dirigió allá en el invierno del hemisferio sur para realizar su primer ascenso invernal.







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14.09.2007

Amanecemos temprano, nos desperezamos totalmente lento. Todo está “nevado” dentro de la carpa. Durante la noche hizo mucho frío. Prendemos el calentador y empezamos a descongelar todo. Afuera hay un día increíble, todo despejado, sólo con algunas nubes que vienen y van en la cumbre, rápidamente. Los pronósticos fallaron por completo, pero igual el objetivo está logrado.


Debido a la espectacular vista, aprovechamos a hacer las entrevistas relativas al día de cumbre. Cerca del mediodía terminamos y empezamos a bajar dejando atrás el campamento CAE y la cumbre descubierta. En poco rato pasamos el tramo de hielo vivo. Llegamos a la pendiente nevada y rápidamente al campamento Cagnoli. Seguimos cuesta abajo y a las 14:00 horas llegamos al depósito de los esquíes. Lo habíamos dejado, sin darnos cuenta, junto a una vertiente de agua y estaba todo amalgamado dentro de un bloque de hielo.




Hacia el filo Sur - Foto Dario Bracali


Hacia el filo Sur - Foto Dario Bracali


Más de una hora trabajando para recuperar nuestras cosas, y luego seguimos camino. En las partes bajas del glaciar ya están empezando a formarse los habituales penitentes. Descendiendo por el valle del Tupungato, bordeamos la ladera que da al valle donde está el avión, el objetivo para mañana. Casi llegando a la boca del valle, encontramos una gran rimaya donde armar las carpas protegidas. Hidratamos bien. Grabamos unas imágenes nocturnas con el Poyo y Diego. Comemos y quedamos hasta tarde charlando en la carpa vecina. Hablamos por teléfono con nuestras familias.


C11 I C10 I C12 (4,230 metros).

Etapa de 6.90 kilómetros en línea recta. Desnivel: -1260 metros.


 


15.09.2007

Noche fresca. Hoy el cielo se cubrió de un velo gris. Amanezco y Diego ya tiene el calentador prendido para descongelar todo. Salimos rumbo al Valle Este del Tupungato a ver si encontramos algún resto del Star Dust. Con paso cansino entramos al valle y poco a poco vamos ganando altura. Después de un rato Diego encuentra un trozo de metal retorcido, y enseguida una especie de telas y cuerdas como si fuese de un paracaídas o de sujeción de cargas.




Hacia al Filo Sur - Foto Dario Bracali


Hacia al Filo Sur - Foto Dario Bracali


El 2 de agosto de 1947, el Star Dust, un avión Avro Lancastrian de la British South American Airways que volaba de Buenos Aires a Santiago de Chile (con escala en Mendoza), desapareció en los Andes en medio de una tormenta con once personas a bordo. Dado por perdido tras 20 días de búsqueda, surgieron una serie de historias y mitos respecto del misterioso hecho. Según ellas, uno de los pasajeros portaba una valija diplomática llena de información clasificada, y en la bodega viajaba una carga de lingotes de oro.


Otras atribuían a extraterrestres la responsabilidad de la desaparición, basándose en la enigmática última emisión de la radio del avión: la palabra “STENDEK”. En enero de 1998, el “Poyo” y su amigo Pablo Reguera encuentran evidencias de un accidente aéreo hacia los 4,500 metros, en el glaciar al pie de la cara Este del Tupungato. Entre ellas, un motor Rolls-Royce. La montaña había decidido al fin revelar su secreto. Dos años después los restos de la aeronave y de sus ocupantes fueron parcialmente rescatados.


Se suceden trozos de metal retorcido,  esparcido. Repentinamente Roli dice: “¡Una rueda!” Nos acercamos y estaban las dos juntas, una reventada y la otra, aún inflada... 60 años después del accidente. Sesión fotográfica y seguimos para arriba. Buscamos uno de los motores que el Poyo vio hace nueve años, pero no lo encontramos. Suponemos que ha de estar tapado por la nieve.




Uno de los vestigios del avión - Foto Dario Bracali


Uno de los vestigios del avión - Foto Dario Bracali


Volvemos a las ruedas, hacemos entrevistas y regresamos, con algo de frío, al campamento en la rimaya. El día está plenamente invernal. Ya dentro de la carpa, y con el calentador a full, nos hidratamos, derretimos nieve, cocinamos y calentamos el ambiente. Mañana la idea es llegar al C06, donde tenemos un pequeño depósito. Además, hay que volver a subir el Portezuelo del Fraile.


C12 I Avión (4,505 metros) I C12.

Etapa de 4.60 kilómetros en línea recta de subida. Desnivel: +275 / -275 metros.


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