DIECINUEVE

Martín Flores

Me llama la atención sobremanera, las múltiples vertientes que ha tomado el tema: desde las definiciones escrupulosas y sustentadas en la autoridad competente; hasta las más inocentes y vagas; con los múltiples colores intermedios. No lo critico, no soy quien para hacerlo, no tengo autoridad, ni titulo, para hacerlo. Sólo llama mi atención.

Como resultado agrego un color más al tema tan polémico, con una pequeña reflexión que tal vez no lo sea.

Sin duda el ciclismo ha sido y será el deporte por excelencia del escándalo por dopaje, por razones que van más allá de lo evidente, como el hecho que de principio es el deporte con la lista de prohibiciones más larga.

Mucho se dice que su práctica lleva al límite al cuerpo humano. Esto debido a las extenuantes tazas de trabajo que se deben realizar para la preparación y mucho más propiamente al desempeño que se requiere en la actuación misma de una competencia ya sea de un sólo día (como las clásicas) o de varios días (como el Tour, Vuelta, Giro, etc.) Creo que es difícil que alguien que siga una carrera de días le quede duda de la dureza que tal evento impone a un cuerpo humano. O después de una prueba de más de 200 km. con puertos importantes (resulta también inocente creer que los ciclistas en carrera no sobrepasen en repetidas ocasiones su umbral anaeróbico, y que no entrenen intervalos, pero eso es otro tema). Sin embargo, no creo que se deba sólo a la dureza por lo que el ciclismo sea la gran estrella del tema, pues un ultra maratón debe ser por lo menos más traumático para el cuerpo humano que una carrera de un día y no se escucha mucho al respecto.

Lo que no es evidente es que el Doping, en el fondo es una cuestión muy humana y he aquí el color: pienso que es una cuestión de vanidad (los beneficios que les trae a los deportistas) y sobre todo poder (intereses: económicos, publicitarios, etc.)

El ciclismo es la estrella porque el espectáculo del deporte se ha fundado en el aumento de la velocidad, año con año la velocidad aumenta y no es un secreto, si bien es cierto que también año con año la tecnología aumenta, pero al fin del día, el motor sigue siendo un ser humano, por desgracia o fortuna esto tiene un doble filo, pues eso promueve la tentación de modificar el "motor" de alguna forma.

Es natural me atrevo a decir (no lo justifico ni acepto) que por vanidad los atletas acepten de una u otra forma "ayudas" moral y legalmente no aceptadas, con la finalidad de alcanzar logros que de otra forma no serían posibles, lo cual no termina de ser del todo claro, pues si se toma un individuo promedio (incluso un deportista de elite) y se le atiborra de toda la farmacia no hay garantía alguna de que sea el próximo líder de Tour. Cuando un equipo gana, un ciclista gana, hay muchos patrocinadores y empresas que ganan mucho más, tanto directamente como indirectamente (es curioso como algo como el EPO y la hormona del crecimiento humano que no se consiguen en la farmacia, ni mucho menos sea baratos, algunos ciclistas los consiguen sin dificultad hasta que son “sorprendidos”) y también hay otras que pierden o dejan de ganar. Así cada interés vigila lo propio y si puede expone a su contrario, lo demás lo dejo al juicio de cada uno. Interesante es el análisis de ciertos hechos "misteriosos" por llamarlos de alguna forma, como el caso del equipo Discovery con Lance en sus filas, todos los integrantes del mismo lucían una forma superior al resto de los equipos y cuando Lance se retira, tal pareciera que se les olvido como entrenar... por citar un caso de los muchos que dejo ver el Tour anterior.

Algunos pensaran que el Fútbol y otros deportes hay vanidad y muchos intereses de distintos tipos. Sin embargo, lo espectacular con el fut son los goles y no el desempeño, por ello los escándalos de dopaje son irrelevantes, pues que un futbolista utilice un esteroide (por nombrar algo) no lo hace meter más goles o defender mejor...

Dejando atrás el deporte que un día amé tanto, voy al montañismo, creo que la combinación necesaria para que el dopaje salga a la luz no está dada, al menos no mientras el oxigeno embotellado no se considere textualmente como doping. Tal vez de esa posibilidad nos pueda algo más comentar Carlos Rangel, al respecto.

Estoy convencido de lo que se observa del doping es únicamente la punta del iceberg. Para un simple mortal como yo, no es problema, no tengo el menor interés en cuestionar las dediciones muy personales de otros, ni obedecer los intereses del poder, pues ahora todo lo hago para mí…

Martín.