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Montañismo y Exploración
Cartas de relación de un viaje
1 octubre 1999

Lo que ahora se conoce como la “Ruta de Cortés” fue la primera ruta seguida por los europeos para penetrar un continente que conocían apenas por su costa. Después de Cortés y sus soldados, nadie volvió a recorrerla jamás y dados los pocos detalles que hay de ella, quienes han repetido ese recorrido han tenido que hacer una investigación exhaustiva para elegir una de las variantes que hay. Sin embargo, ninguno ha quedado conforme con la certeza que adquieren de la ruta elegida por Cortés y la vaguedad de sus descripciones en la Segunda Carta de Relación.







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ANEXO DOCUMENTAL III

Ascenso al Popocatépetl

Que a ocho leguas de esta ciudad de Churultecal están dos sierras muy altas y muy maravillosas, porque a fin de agosto tienen tanta nieve que otra cosa de lo alto de ellas sino la nieve se parece; y de la una, que es la más alta, sale muchas veces, así de día como de noche, tan grande bulto de humo como una gran casa y sube encima de la sierra hasta las nubes, tan derecho como una vira; que según parece es tanta la fuerza con que sale que aunque arriba en la sierra anda siempre muy recio viento, no lo puede torcer; y porque yo siempre he deseado de todas las cosas de esta tierra poder hacer a vuestra alteza muy particular relación, quise désta, que me pareció algo maravillosa, saber el secreto, y envié a diez de mis compañeros, tales cuales para semejante negocio eran necesarios, y con algunos naturales de la tierra que los guiasen y les encomendé mucho que curasen de subir la dicha sierra y saber el secreto de aquel humo, de dónde y cómo salía. Los cuales fueron y trabajaron lo que fue posible por la subir, y jamás pudieron, a causa de la mucha nieve que en la sierra hay y de los muchos torbellinos que de la ceniza que de allí se andan por la sierra, y también porque no pudieron sofrir la gran frialdad que arriba hacía; pero llegaron muy cerca de lo alto; y tanto, que estando arriba comenzó a salir aquel humo, y dicen que salía con tanto ímpetu que parecía que toda la sierra se caía abajo, y así, se bajaron, y trujeron mucha nieve y carámbans para que los viésemos...

Cortés, p. 51-52

...aquel volcán que está cabe Guaxocingo, echaba en aquella sazón que estábamos en Tlaxcala mucho fuego, más que otras vecessolía echar, de lo cual nuestro capitán Cortés y todos nosotros, como no habíamos visto tal, nos admiramos de ello; y un capitánde los nuestros que se decía Diego de Ordaz tomóle codidia de ir a ver qué cosa era, y demandó licencia a nuestro geneal para subir en él, la cual licencia le dio y aun de hecho se lo mandó. Y levó consigo dos de nuestros soldados y ciertos indios principales de Guaxocingo; y los principales que llevaba consigo poníanle temor con decirle que luego que estuviese a medio camino de Popocatepeque, que así llaman aquel volcán, no podría sufrir el temblor de la tierra y llamas y piedras y ceniza que de él sale y que ellos no se atreverían a subir más de donde tienen unos cúes de ídolos que llaman los teules de Popocatepeque. Y todavía Diego de Ordaz con sus dos compañeros fue su camino hasta llegar arriba, y los indios que iban en su compañía se le quedaron en lo bajo, que no se atrevieron a subir, y parece ser, según dijo después Ordaz y los dos soldados, que al subir comenzó el volcán a echar grandes llamaradas de fuego y piedras medio quemadas y livianas, y mucha ceniza, y que temblaba toda aquella sierra y montaña adonde está el volcán, y que estuvieron quedos sin dar más paso adelante hasta de ahí a una hora que sintieron que había pasado aquella llamarada y no echaba tanta ceniza ni humo, y que subieron hasta la boca, que era muy redonda y ancha, y que habría en el anchor un cuarto de legua, y que desde allí se parecía la gran ciudad de México y toda la laguna y todos los pueblos que están en ella poblados.

Bernal, p. 136

Encuentro de Moctezuma con Cortés

Ya que llegábamos cerca de México, adonde estaban otras torrecillas, se apeó el gran Montezuma de las andas, y traíanle de brazo aqueloos grandes caciques, debajo de un palio muy riquísimo a maravilla, y el color de plumas verdes con grandes labores de oro, con mucha argentería y perlas y piedras chalchihuis, que colgaban de unas como bordaduras, que hubo mucho que mirar en ello... Y como Cortés vio y entendió y kle dijeron que venía el gran Montezuma, se apeó del caballo y desde que llegó cerca de Montezuma, a una se hicieron grandes acatos.

Bernal, p. 161

Pasada esta puente, nos salió a recibir aquel señor Muteczuma...

Cortés, p. 56

...continuaron hasta una ancha cortadura que daba paso a las aguas de la acequia de Xoloc, Xoloco o Xoluco. Esta acequia la cruzaba el puente de igual nombre. En la ciudad colonial la acequia y el puente recibieron el nombre de San Antón, porque junto a ellos se construyó el convento de San Antonio Abad... En la ciudad moderna, la acequia ya cegada recibía el nombre de Calzada Chimalpopoca, mas las obras del periférico de Tlalpan, cambiaron la fisonomía de esta zona. Sólo quedan restos del claustro del convento y la iglesia convertida en bodega.... Toda esta explicación se da porque fue este el sitio en que tuvo lugar la primera entrevista entre Hernán Cortés y Moctezuma.

Gurría Lacroix. p. 47

...fray Juan de Torquemada dice que el encuentro entre Motecuhzoma... y Cortés... tuvo lugar en un sitio que se señala de este modo: "...precisamente donde se fabricó después la «hermita de San Antón». Este sitio subsiste en lo que hoy se llama Calzada de San Antonio Abad..."

Sotomayor, p. 57

Referencias

Bernal Díaz del Castillo. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Ed. Porrúa (Col. "Sepan cuántos...", 5), México. 1986.

Hernán Cortés. Cartas de Relación de la Conquista de México. ESPASA-CALPE (Col. Austral Mexicana, 547), México, 1995

Jorge Gurría Lacroix. "Itinerario de Cortés". Artes de México, No. 111, Año XV, 1968.

Arturo Sotomayor. Cortés según Cortés. Extemporáneos, México. 1979, p. 57

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