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Montañismo y Exploración
Cartas de relación de un viaje
1 octubre 1999

Lo que ahora se conoce como la “Ruta de Cortés” fue la primera ruta seguida por los europeos para penetrar un continente que conocían apenas por su costa. Después de Cortés y sus soldados, nadie volvió a recorrerla jamás y dados los pocos detalles que hay de ella, quienes han repetido ese recorrido han tenido que hacer una investigación exhaustiva para elegir una de las variantes que hay. Sin embargo, ninguno ha quedado conforme con la certeza que adquieren de la ruta elegida por Cortés y la vaguedad de sus descripciones en la Segunda Carta de Relación.







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CARTA DÉCIMA

Zautla: en la entrada de una cañada amplia, extensa. Un río lodoso que dejaba su detritus en las riberas. Tierra buena para sembrar. Agua lodosa para beber. Zautla. Una tienda con estantes llenos de mercancía inverosímil: mecapales, cal viva, latas de atún, ollas, cuerdas, botas... todo destilando tiempo. Uno entraba ahí y parecía estar en cualquier lugar de la Ciudad de México a principios de siglo. Ni siguiera había plástico.

Pero lo que más llamó nuestra atención fue la iglesia. Bien conservada, tenía dentro de todo, incluyendo un órgano de tubo todo destartalado en el coro. El órgano ostentaba a un lado un papel que alguien se había empeñado en no dejar caer a base de volverlo a pegar:

"1907. Por decreto de la Sagrada Congregación de hitos de fecha 22 de mayo de 1894 está mandado: que cuando se eleva el SANTISIMO Sacramento en la misa bajo una y otra especia los cantores [del coro] deben guardar silencio y adorarlo con los demás.
"El párroco: Jesús Lumbrera. Firma"

Pero después de ver la nave de la iglesia detenidamente guiados por el señor Nemesio Hernández, quien cuidaba de ella, después de subir al campanario y ver el pueblo lleno de sol, de entrar por uno y otro lado y leer una loseta que tenía la inscripción de ".... de María Antonieta Hernández. 1876", el señor Nemesio sonreía. Como que quería que nos diéramos cuenta por nosotros mismos. Pero no lo hicimos y nos la mostró: era una pequeña vitrina con luves de neón verde, blanca y roja. Dentro, varios "milagros". Y más al frente, a plena vista pero sin que le hubiéramos prestado atención hasta que nos lo indicó, una pequeña roca.

"Es la «Virgen de la Piedrita»", nos dijo. La vimos. Era una reproducción exacta de la imagen de la Virgen de Guadalupe, pero en pequeño: aproximadamente 15 centímetros de alto. Ahí estaban las manos, la cara inclinada, todo.

"La gente dice que la halló en el monte una persona, cerca de Carranza [un pueblo anterior a Zautla, en el que habíamos pasado la noche], donde hay un nacimiento de agua que da origen a una cascada grande. Nadie se recuerda del nombre de esta persona, pero la 'Virgen de la piedrita' estuvo en su casa durante mucho tiempo y finalmente, el señor Jeremías Castañeda la donó a la iglesia. La metieron en esta vitrina y desde entonces nadie la puede abrir porque es sagrada. Claro: no nos explicaron si los focos de neón se habían fundido alguna vez, pero esa era la conveniencia de que la piedrita y su virgen estampada fueran milagrosas."

"No tiene qué agradecer. Para eso estamos. Oiga. Si quieren conocer algo más de Zautla, ¿por qué no se dan una vuelta por Tenampulco? Está a tres kilómetros de aquí y apenas el año pasado descubrieron unas pirámides. Vinieron arqueólogos de México y de Puebla. Hicieron sus estudios y quieren trabajar aquí porque dien que es importante."

Fuimos a Tenampulco. ¿Estas son las pirámides? Están muy destruidas. Tres kilómetros hacia el otro lado de la dirección que deberíamos seguir en nuestra ruta. Y más: se nota que la roca de las pirámides la usaron para levantar casas. Pero en el suelo había rastros de hacía cientos de años: puntas de flecha de obsidiana, tepetates [en México: los restos de una olla rota] muy viejos, manos de metates, un poco más lejos: pinturas rupestres, generalmente manos rojas de todos tamaños (las más grandes eran del tamaño de las mías; las más pequeñas parecían las de un niño de cuatro años), pero también cinco "personas" y algunas más que parecían venados. Vestigios del pasado.

Siempre me he sentido impotente ante las pinturas rupestres. Es una sensación indescriptible de emoción, pero cuando pretendo saber qué es lo que querían decir al pintarlas... No. Y todo comenzó por una pregunta: "¿Cuántos años tiene este camino?" Y hemos venido a parar a Tenampulco. Ixtacamaxtitlan, la famosa Ixtacamaxtitlan que he venido soñando desde hace meses, está a una jornada de camino. Pero será una jornada muy larga. El mapa dice que hay 24 kilómetros en línea recta. ¿Cuántos caminaremos en realidad?

Todo comenzó con una pregunta: "Tú dices siempre que viajar a pie es la mejor manera de hacerlo. ¿por qué?" Era sencillo descubrirlo una vez que se ha caminado por algún tiempo, por algunos kilómetros: al caminar se tiene tiempo de pensar en lo que se quiera, desde los problemas personales que queremos solucionar hasta el objetivo directo de un viaje. Nos estábamos metiendo continuamente en las "Cartas de Relación" de Cortés, en la "Historia" de Bernal. Estábamos pensando constantemente en la ruta. ¿Por dónde se fue? Si más adelante tuvieron la primer pelea con los tlaxcaltecas, por aquí debieron tener más que miedo...

Si: era mejor viajar a pie. La mejor manera de viajar.

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