Un documental sobre George Malory, su desaparición en el Everest en 1924 y el nacimiento de su leyenda es abordada en el propio Everest por una expedición donde participan Conrad Anker y Leo Houlding.
No hay nada en la cumbre del Monte Everest. No hay una olla de oro. Bueno, ¿porqué estamos haciendo esto? Quieres la gloria. Quieres ese sentimiento de estar en la cumbre del mundo.
Conrad Anker
En 1924, George Mallory y Andrew Iriving desaparecieron en el Everest en un intento por alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo. Noel Odell los había visto mientras subían a “muy poca distancia de la cumbre” y luego nube. los cubrió La declaración de Odell, quien estaba como equipo de soporte, hizo que naciera una leyenda: ¿Era posible que Mallory e Irvine hubieran alcanzado la cumbre antes de morir?
El rumor se transformó en leyenda y se mantiene ahí. En 1933, otra expedición inglesa, halló el piolet de Irvine y en 1999, una expedición encontró el cuerpo de Mallory con algunas pertenencias… menos la fotografía de su esposa que había jurado dejar en la cumbre.
“¿Se había perdido la foto porque Mallory la había puesto en la cumbre como un último tributo a su amor por Ruth?”
Conrad Anker, quien descubrió el cuerpo de Mallory en 1999, organizó una expedición para hacer un documental sobre el ascenso de 1924, tratando de subir como lo hicieron ellos dos. El resultado es The Wildest Dream, una película de 95 minutos que tiene bastantes puntos que analizar.
En primer lugar, la película fue rodada casi enteramente en el mismo Everest, un logro importante para hacer completo un documental de la ascensión de 1924. La fotografía es estupenda y logra empapar de la emoción de ver agrandarse una montaña lejana hasta ver la cara del Everest. En pantalla grande, esto debe ser impresionante. La producción, edición y todo el trabajo técnico complementa la calidad de la cinta.
El tema de la película en sí da mucho que analizar. La película habla sólo de Mallory y ocasionalmente de Irving. Se mencióna a Odell, Norton y alguien más, pero sólo para ser referencia a Mallory. Desde este punto de vista, se trata de un monumento a Mallory. Lo curioso es que es un monumento a lo que nadie sabe si hizo o no.
Pero no es de extrañar. Lo mismo pasó con el Capitán Robert Scott, quien murió a su regreso del Polo Sur. No había sido el primero, pero lo hicieron héroe. Un muerto valía más para el imperio británico que cuatro personas vivas con un segundo lugar. Con las muertes se olvidaron las autocríticas, se pasaron por alta los errores y se vieron solamente los detalles que la gente quiso creer.
En ese enfoque exclusivo hacia Mallory la leyenda, parece que la expedición la ideaba, organizaba y dirigía él, casi sin pedir permiso a nadie. No se hace mención a nadie más. Y por supuesto, tiende a ser un cúmulo de pruebas para que Mallory sea considerado el primer hombre en la cima del Everest.
Paralela a la historia de Mallory está la del ascenso de Anker y Leo Houlding al Everest, en un intento por recrear lo que pasó en 1924: Un experto en altas montañas (Mallory vs. Anker) y un novato en la alta montaña, pero con muchas ganas (Irving vs. Houlding). Ellos dos serán quienes recreen la situación de la pareja de 1924: la misma vestimenta, botas, mochilas, tiendas y hasta aparatos de oxígeno.
Pero la simulación quedó en sólo dos pruebas. En la primera se ve a Anker tallar escalones en la pendiente, labor titánica. En la segunda, la temperatura baja a 20 bajo cero y Houlding comienza a tener problemas de circulación en los pies y manos. Ahí queda la simulación, además de algunas escenas que se filmaron para apoyo al documental.
Sin embargo, para Conrad Anker, lo que hicieron es una prueba de que los dos pudieron haber llegado a la cima:
“Ocho años después de que encontré el cuerpo de George Mallory, el círculo está cerrado. Unas pocas horas antes de que el monzón se cerrara, Leo y yo encumbramos el Monte Everest. Y habíamos mostrado que estos pudieron haber sido los últimos pasos de Mallory e Irvine.”
Con esto se refería a que uno de los obstáculos más fuertes que se oponen para la hipótesis de que Mallory llegara a la cima, es que el Segundo Escalón es demasiado difícil. Conrad Anker y Leo Houlding escalan por él, lo que da origen a su afirmación.
La afirmación es tan parcial como las pruebas de vestimenta que realizaron. Quizá hubiera sido más creíble si durante todo el tiempo hubieran escalado con el mismo equipo, si hubieran escalado el Segundo Escalón sin anclajes, si hubieran usado el mismo equipo de oxieno y con las mismas reservas que ellos tenían, si no hubieran tenido apoyo a su lado todo el tiempo.
Si sólo se toman fragmentos, sí, cada uno de ellos puede significar un obstáculo superado, pero no queda duda que todos aquellos que llegan a la cumbre del Everest no ven desde la cumbre más alta del planeta sin el cúmulo de dificultades pasadas, no una sola.
Por otro lado, el mismo tono que se usa hacia Mallory, muy unilateral, se usa con Anker. Hay que recordar que Conrad Anker no fue el primero que escaló el Segundo Escalón en libre. En su momento se abrió la discusión sobre el tema y Explorersweb llegó a la conclusión de que el primero había sido Oscar Cadiach. Es importante recalcar que pese a que el debate sobre el Segundo Escalón se llevó a cabo en el momento en que Anker lanzaba la declaración de ser el primero, en la película se repite, sin tomar en cuenta a los anteriores.
En resumen, la película hay que disfrutarla en cuanto a su reproducción de los hechos conocidos y su excelente fotografía, pero estar alertas de su contenido, por lo erróneo que, llevado al cine, puede perpetuarse.