A la montaña vamos pero en cada época ha sido con una mentalidad diferente. Ese es el tema que abarca este libro: la evolución de la ideología con la que se ha visto a la montaña, con la que se “siente” a la montaña.
Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro. El sentimiento de la montaña. 200 años de soledad. Ediciones Desnivel, Madrid. 2002. 384 páginas. ISBN: 84-95760-43-6
…tan importante como la realidad material de la montaña, lo es la idea que nos hagamos de ella, su transfiguración en un sentimiento y razón.
La historia del montañismo se ve siempre a través de los logros de aquellos que consiguieron una primera. Pero definitivamente, todos somos hijos de nuestro tiempo y nos paramos sobre los hombros de todos los anteriores, hayan sido gigantes o no. Así que, ¿por qué no preguntarse cómo era la forma de ver la montaña en diferentes tiempos? Por supuesto, Edward Whymper la veía de muy distinta manera a Reinhold Messner.
“Aunque individuos, estamos inmersos en océanos de ideas adquiridas, de modos de ser colectivos, de corrientes históricas, de actitudes de grupo, de instrumentos culturales en los que nos realizamos.” (p. 208)
El resultado de esa pregunta es este libro: una serie de análisis sobre lo que pensaban otras personas que estuvieron en contacto con la montaña (no necesariamente montañistas) y que dejaron plasmada su visión. El recorrido es abrumador, pero fascinante: escritores, naturalistas, viajeros a pie o caballo y escritores son fuente de la visión de la montaña en su tiempo. Así, uno puede hallar sentencias desde aquella que rehuye a las montañas “Amaría mucho los Alpes si en ellos no hubiera montañas” (A. de Haller. p. 39) hasta las de Reinhold Messner:
“La aventura más intensa que se puede vivir hoy está en la exposición, no en la posibilidad de caer, no en el frío, no en la superación de las dificultades. La exposición, que es asomarse a la pura infinitud, bajo la inmensidad del cielo, enfrentándose con las leyes de la naturaleza y siendo conscientes de que no hay apoyos externos; ésa es la dimensión con la que alcanzamos ala comprensión de nosotros mismos. Porque en realidad somos seres perdidos en esta nuestra Tierra, en el cosmos, en el infinito. Y la muerte no es nada más que la soledad absoluta, la infinitud perfecta.” (Reinhold Messner, citado en p. 57)
Entre ambos puntos de vista pasaron cientos de años y por supuesto, millares de personajes que fueron poniendo su grano de arena a la formación de una forma de ver la montaña.
“La evidencia de que la montaña es, sobre todo la idea que nos hagamos de ella y que lo importante es la relación directa que establecen el hombre y la montaña es la genial aportación al concepto de aventura de De Saussure.” (p. 43)
El libro es muy interesante aunque debo confesar que puede ser terriblemente tedioso y quizá muy engorroso debido a la gran cantidad de citas. Pero pese a todo, se ve la historia del montañismo como una forma de ver a la montaña pasando, también, por hechos y personajes históricos como el ascenso el Cervino, George Mallory en el Everest, el ascenso francés al Annapurna, Hermann Buhl en el Nanga Parbat o el cambio de mentalidad que produjo Messner.
El libro es amplio y da pie a más búsqueda. Aunque interesante, no es divertido y uno se siente más en una cátedra que en un intercambio de ideas.