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Montañismo y Exploración
Estrellas en el Annapurna
25 octubre 2012

El primer libro de Simone Moro vierte en pocas páginas una historia de amistad y pasión por la montaña. Enfrentados a la cara sur del Annapurna, Simone, Anatoli Bukreev y Dimitri Sobolev, son arrastrados por una avalancha. Sólo Simone sobrevivió y después de años narra los acontecimientos de la expedición.







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He vuelto muchas veces a las montañas salvajes de nuestro planeta y con la gente maravillosa que vive ahí. Voy a hacerlo de nuevo, solo o en compañía de nuevos amigos, y con nuevas ideas. Y en su silencio, en el cielo aterciopelado de la noche, siempre brillarán dos nuevas estrellas.

Simone Moro. Estrellas en el Annapurna. Ediciones Desnivel, Madrid. 2011. 157 páginas. ISBN: 978-84-8929-220-6


Simone Moro es una figura reconocida en el montañismo mundial. Ha colocado el listón cada vez más alto y no ha dado un paso atrás cuando se trata de valores esenciales. Estrellas en el Annapurna es su primer libro y trata, como es de esperar, de sus inicios en el montañismo y cómo descubre que la montaña le atrae mucho más que un oficio de hombre citadino.

Pero el hablar de él mismo como principiante sólo es una manera de dirigir la atención a un punto central: la pasión por la montaña y lo difícil que es conseguir compañeros que tengan esa misma pasión y entrega:

“...nunca había sido capaz de tener un compañero estable y siempre andaba buscando un compañero de escalada incondicional, alguien a quien poder llamar en cualquier momento para proponer una escalada y recibir un sí por respuesta, y viceversa.” (p. 48)

A diferencia de la mayoría de los libros autobiográficos de los grandes escaladores, Simone se va directo a lo que importa: qué significa la montaña para él, su inicio con su padre, sus maestros que lo marcaron y enseñaron y en pocas páginas terminó para adentrarse a las grandes paredes: sur del Aconcagua o Fitz Roy para después irse directo al Himalaya, adonde ha realizado más de 20 expediciones. Y es ahí, en el gran escenario, donde conoce “a Anatoli Bukreev, el hombre que iba a influir en mi carrera como alpinista, y que, sobre todo, me cambió como persona”. (p. 41)

Estrellas en el Annapurna es, sobre todo, un libro que busca explicar lo que pasó en diciembre de 1997, cuando un alud barrió de la cara sur del Annapurna a sus dos amigos: Anatoli Bukreev y Dimitri Sobolev. También es un intento de explicar ampliamente lo que en sus conferencias no ha podido relatar con tanto detalle y, finalmente, una forma de reivindicar a Bukreev:

“En su libro Mal de Altura (Into thin air), Jon Krakauer escribe acerca de nuestra expedición, así como de los trágicos acontecimientos que ocurrieron el invierno siguiente en el Annapurna. El escritor norteamericano, que afirma haber llevado a cabo investigaciones detalladas en su famosa «verdadera historia» sobre la tragedia del Everest en 1996, no se ha puesto en contacto conmigo ni una sola vez, y tampoco se ha disculpado en modo alguno por las informaciones vertidas en su libro. Puesto que soy la única persona viva que compartió con Anatoli esas experiencias en el Lhotse y el Annapurna, su best seller demuestra una falta total de credibilidad. Su habilidad como escritor quizá le llevó a perder de vista los hechos objetivos sobre los cuales trata su libro. Por otra parte, su experiencia en altitud es absolutamente cero, así que no voy a decir nada más acerca de su libro. Hago estas observaciones negativas sólo por el bien de la verdad.” (p. 53-54)

Así las cosas, Simone Moro narra las dos expediciones: al Lhotse (1996) y al Annapurna.

En 1996 sucede la tragedia del 10 de mayo, donde varias personas quedan bloqueadas en las cercanías de la cumbre y mueren. Anatoli Bukreev es un guía de una de las compañías y después de llevar a sus clientes al campo 4, sale a buscar más gente extraviada. Había subido sin usar oxígeno suplementario. Sus actos le valieron un reconocimiento del American Alpine Club en 1997, por su labor para salvar vidas en el Everest el año anterior. Pese a todo, Anatoli sube después al Lhotse en tiempo récord.

“Estábamos siendo fieles a nuestra idea de lo que significaba ser deportistas y nuestra firme convicción de que el montañismo no había muerto bajo el peso de escaladas fáciles o expediciones comerciales, ni había sido conquistado por nuevos y autoproclamados filósofos del alpinismo.” (p. 66)

Al año siguiente, Simone, Anatoli y dos amigos más van al Annapurna. Uno de los amigos, que sólo había ido a realizar pinturas de la montaña, se retira y es entonces cuando los tres se adentran en la cara sur. Ha estado nevando mucho y suben por la pared. Simone llega alto y descubre que encima de ellos hay una cornisa. La cornisa se desprende y los tres son barridos por el alud.

En una caída de muchos metros, Simone se descubre milagrosamente vivo pero no halla un solo rastro de sus compañeros, pese a buscarlos. Debe salvar la vida y bajar. Está en el Annapurna solo, herido, sin equipo y en invierno. Y lo hace, pero regresa a la montaña para buscar a sus amigos desde un helicóptero, aún con las heridas recientes, pero finalmente reconoce el hecho:

“No podía odiar a la montaña entonces ni ahora tampoco. Una montaña asesina sólo existe en el estúpido vocabulario del periodista. Una montaña no mata, no retiene a nadie, no se puede conquistar ni impugnar. Permanece inmóvil en la cara del hombre y del tiempo. En las montañas se puede experimentar la victoria, la derrota o la muerte, pero nunca hay que pensar que la montaña es responsable de ello. Es el hombre quien actúa y las variables que rodean la vida del hombre son las que determinan su destino, nada más.” (p. 147)

Estrellas en el Annapurna es un libro sobre montañismo, claro, pero más que nada, sobre amistad, sobre los valores que compartieron y del cual Simone es el heredero, como lo ha demostrado a lo largo de los años. Es posible que nadie lo hubiera escuchado antes, por comenzar apenas en el himalayismo pero, ¿cómo no prestar atención a la figura pública que es ahora? Por desgracia, así somos los seres humanos.

Un libro excelente, con una narración muy sencilla basada en un principio: “Siempre he odiado a los aprendices de escritor que muy pronto se consideran expertos del mundo real, y viceversa.” (p. 11) Hay que considerar que el libro lo escribió en el 2001 y apenas fue publicado el año pasado.


Errata
Mapa de página 156-157, las líneas de ascenso están intercambiadas.

Lee el índice y prólogo en PDF


Más referencias

Mal de Altura

Mal de Altura, a la pantalla

Everest 1996



 



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