Todos los días, grandes multitudes llegan al Prado de El Capitán porque saben que algo significante está pasando allá arriba, y que hay algo ahí para ellos. Para mí, mientras más miro y más veo, más creo que aprender a hacer un equipo con la naturaleza es muy muy importante.
[Royal]Robbins tuvo un gran efecto en mí. Él creía que cómo escalar algo es crucial. Yo creo: “Cómo haces cualquier cosa es cómo haces todo.” La escalada puede colocarnos en un buen camino.
Royal Robbins en lo alto de la Salathe Wall (1961).
Foto: Tom Frost.
Creo que es esencial tener una base espiritual —la que sea— para ayudar a ocuparnos de las dificultades más grandes en tu vida. La gente no puede decir a otra gente qué hacer. Es relevante imaginar por qué estamos aquí y que es lo que debemos estar haciendo sobre ello y hacerlo tan bien como podamos. Aquellos que han alcanzado la cima han tenido un ingrediente de fuerza interior que viene de haber estado conectado con la gran naturaleza. Ricardo Cassin me viene a la mente. Y John Bachar. Décadas después, nos los encontramos y sentimos su energía, su espíritu, su conexión con el cosmos. Ellos entienden de todo esto.
En los años de 1960, mirando hacia El Capitán, había sólo una línea [de escalada]. Harding y sus amigos la habían establecido. Yo tenía cerca de 24 años, sentado con Robbins en el Prado y pensando sobre el segundo ascenso de La Nariz. Royal había dicho no a Harding por su primer ascenso. El estilo de Harding no era el estilo en el que queríamos hacerlo.
John Salathé e Yvon Chouinard en el Campo 4 (1964).
Foto: Tom Frost.
La Época de Oro era realmente interesante. De la época, pero muy básica. Podías destilarlo con Robbins y Harding. Dos hombres viendo el mismo problema veían soluciones opuestas. Esta es una razón por la que la Época de Oro tiene interés. Los valores de Harding eran externos: grandes epopeyas y grandes resultados a los medios. Tenía una desventaja. Robbins escalaba por razones internas, como recordar y llegar a ser quien él quería ser.
Amé escalar con Robbins. Intentamos mostrar con nuestras acciones, en las escaladas que hicimos, algo que beneficiaría a la comunidad, pero era absolutamente esencial para nosotros demostrar el estilo a nosotros mismos. Queríamos adherirnos a los estándares más altos de la exploración, no dejar rastro, dejar la escalada para la siguiente cordada en la misma condición que como la habíamos encontrado y regresar nuestro aprecio. Tuve el gusto de de estar en el equipo de Robbins.
Cuando tuvimos que pelear por salvar el Campo 4, Bruce Babbit hizo una analogía en su discurso de que los escaladores originales del Campo 4 eran como los Padres Fundadores y la Sala de la Independencia. En ese momento pensé que era exagerado, pero entonces descubrí que él entendía mejor el Campo 4 que yo. Los Padres Fundadores habían tratado de fijar un estándar por el cual pudiéramos vivir y los pioneros de Yosemite tenían una visión similar para la comunidad de escaladores.
Tom Frost escala la chimenea de la cara norte del Quarter Dome.
Foto: Yvon Chouinard
Solía pensar que lo mejor que podía pasarle a la escalara sería que todos fueran respetuosos de los recursos naturales y cuidar de ellos. Escalar limpio y mantener el nivel de aventura alto. Solía pensar cosas como esta. Pero tengo que mantenerme en la actualidad, ¿cierto?
Robbins, [Chuck] Pratt y Chouinard… teníamos aventuras como esas. Queríamos que todos pudieran experimentar esa experiencia de primer ascenso hasta la séptima generación. ¿Mi nueva respuesta? He crecido. Doug Robinson y Sean Jones, por medio de su primer ascenso al Half Dome en el 2007 [Better Half] abordaron el dilema de cómo escalar algo. Como ellos hicieron, ayuda a escuchar a las rocas. La respuestas antiguas no son todas las respuestas. Escalamos por diferentes razones. Pero aún así, la naturaleza está aquí para todos nosotros. La Madre Tierra es un ser sensible. La relación es real.
