Steven Ungerleider. Entrenamiento mental para optimizar el rendimiento. Ediciones Desnivel, Madrid. 2007. 251 páginas. ISBN: 978-84-9829-058-5

Éstos son los secretos, los consejos y las directrices para el entrenamiento que debemos articular para los más jóvenes y también para los equipos participantes individuales en todos los aspectos de la preparación deportiva.

Hace varios años, el entrenamiento deportivo implicaba solo la ejecución de tareas simples a complejas que dieran mayores capacidades físicas: resistencia, fuerza, velocidad, elasticidad… Ahora, un buen entrenamiento deportivo debe abarcar tres aspectos vitales: el físico, el emocional y los pensamientos. De esta manera, la psicología deportiva trata de seguir los parámetros que los rusos aplican a sus deportistas:

“El objetivo estratégico de la psicología deportiva soviética… es conseguir el máximo rendimiento de los atletas. Para conseguir esta meta, los rusos analizaron la naturaleza de la motivación atlética y descubrieron que constaba de tres componentes: el físico, el emocional y los pensamientos. El método ruso está diseñado para enseñar a los atletas a que reproduzcan a voluntad dichos pensamientos y sensaciones, utilizando técnicas de autocondicionamiento. Esta técnica ayuda a los deportistas a elegir su estado de ánimo óptimo para una competición, sea éste alegría, felicidad o enfado. Incluso una emoción tan negativa como la tristeza puede utilizarse de forma constructiva”. (Grigori Raiport, cit. en p. 26-27)

Pero ¿entrenar la mente?, ¿ejercitar el cerebro? ¿Cómo se hace? Este libro habla de cómo se puede mejorar el acondicionamiento mental partiendo de técnicas muy sencillas y llevarlas a un nivel tan elaborado como para hacer campeones o ganadores de medallas olímpicas.

El autor dirige su libro hacia la necesidad del entrenamiento mental y cómo lograrlo partiendo de un conjunto de técnicas sencillas, de las cuales las más notorias son la relajación (varios métodos), la respiración profunda (el método yogui de respirar) y la práctica mental y trabajo con imágenes.

“La práctica mental y el trabajo con imágenes no son exactamente lo mismo, pero sí muy similares. La práctica mental implica sencillamente la repetición mental de una tarea, sin ningún movimiento del cuerpo. Sin embargo, el trabajo con imágenes es un tipo muy específico y concentrado de práctica mental. Puede describirse como un ejercicio que utiliza todos los sentidos con el fin de crear una experiencia en la mente.” (p. 17)

Dividido en tres partes, el libro habla primero de las técnicas que se pueden usar, posteriormente explica la aplicación de estas técnicas y como punto final (y más largo) los resultados que han podido observar en atletas de alto rendimiento que usan estas técnicas en diferentes deportes: ciclismo, esquí alpino, golf, maratón, ciclismo de montaña, carrera sobre asfalto y pista, natación y salto, tenis, voleibol, entrenamiento con pesas y pentatlón. En esta parte, lo novedoso e importante es la experiencia de los competidores y campeones, expresadas directamente.

“Se da el caso frecuente de competidores que se deciden a incorporar las habilidades de práctica mental justo la semana antes de una gran competición. Esto es difícil de conseguir, por dos razones. En primer lugar, porque del mismo modo que entrenamos nuestro acondicionamiento físico, es preciso entrenar la mente, desarrollando progresivamente la capacidad de trabajar con imágenes. Esto lleva tiempo y mucha práctica, y no se consigue de la noche a la mañana.” (p. 53)

Pero para finalizar, el autor ofrece un capítulo llamado “Una fórmula de práctica mental para cualquier deporte” que no es más que lo que ha estado desarrollando a lo largo del libro. Aunque no tiene ejemplos sobre montañismo, muchos de los ejemplos pueden ser tomados porque el entrenamiento mental es básicamente el mismo, aunque con matices diferentes.

“Ciertos atletas han sido capaces de incrementar su confianza en sí mismos a través de años de pensamientos positivos y de recordarse a sí mismos los buenos resultados, mediante afirmaciones positivas. Estos atletas nunca se rinden, aunque estén cuatro games por detrás den un partido de tenis o en una carrera maratón.” (p. 32)

Es un libro sólo para quien desee incrementar su nivel deportivo más allá del ejercicio físico. Quizá un poco complejo, en realidad es muy sencillo en sus explicaciones y si se siguen algunas de las técnicas puede mejorar el rendimiento de quien las usa porque

“Hay que decir que todos los deportistas, sea cual sea su nivel —y no sólo los atletas de élite—, pueden beneficiarse del entrenamiento mental. Incluso después de haber efectuado estudios exhaustivos con cientos de atletas, sé que no tengo que ir muy lejos para ver los resultados.” (p. 22)