Una imagen dice más que mil palabras pero una película lo dice prácticamente todo… si se hace bien. Es el caso de la película en torno a los hermanos Alex y Thomas Huber, en sus intentos por romper el récord de velocidad en La Nariz y en una expedición a Patagonia. Un mundo vertical con retos puestos por ellos mismos.
Es un asalto contra el sentido común Alexander Huber
Los hermanos Huber son muy conocidos en el mundo de la escalada por sus resultados, pero generalmente, sólo conocemos eso: resultados. El director Pepe Danquart, ganador del Oscar por el mejor cortometraje en 1993 (Schwarzfahrer), logró llevar a la pantalla grande un documental sobre el mundo de los hermanos Huber titulado Al límite (Am Limit, Alemania, 2007).
La película gira en torno al intento de los Huber de romper el récord de velocidad en la Nariz, el Capitán, Yosemite) impuesto por Yuji Hirayama y Hans Florine en 2:48’55” horas y en un intento por realizar la travesía del Cerro Torre, Patagonia. Fuera de los retos que implica deportivamente y cuyos resultados ya son conocidos, la película es impresionante porque mete al espectador en ese mundo de retos y de estar viviendo al límite, precisamente porque les gusta hacerlo.
La película fue estrenada en marzo del 2007 en Alemania, antes de que los hermanos rompieran el récord de Florine e Hirayama (2:48’55”) el 4 de octubre del 2007 (2:48’35”) y el 8 de octubre (2:45’45”). En su momento, Hans Florine comentó: “Creo que los Hubers tienen un récord. Genial. Supongo que tendré que levantarme del sofá”.
Ciertamente se levantó del sofá y se puso a trabajar con ahínco. Hace poco (2 de julio) Hans y Yuji volvían a establecer un nuevo récord: 2:43’33” y hasta ahora, está ahí. Uno se pregunta si los Huber volverán a la pared para romper el récord. Como sea, es indiscutible que habrá alguien que lo intentará.
Pero regresando a la película, tiene matices que no se ven cotidianamente. En una escalada previa a un intento, Alex cae 20 metros y es evacuado al hospital. “Se acabó para mí esto. Yosemite es un sitio de acción para mí, no de vacaciones”. Pero lo impresionante es ver el rostro de Thomas, cuando comenta a la cámara que su hermano Alex bien pudo haberse matado. Lo acababa de vivir y estaba tomando consciencia de que la muerte realmente pudo haber llegado hasta ellos.
La película se presentó en la Cineteca Nacional, en el sur de la Ciudad de México, dentro del ciclo del Cine Alemán organizado por la Cineteca. El resultado: la sala estuvo repleta de montañistas y escaladores que bebían lo que estaba pasando.
La dirección: excelente pero quizá lo más impresionante fuera la fotografía. Como escalador no deja uno de preguntarse cómo es que el camarógrafo sube paralelo al veloz Alexander Huber sin que se mueva o cómo capta el momento de un péndulo justo en el momento clave. Sin duda, la película requirió de un trabajo enorme por parte de los hermanos como actores principales y de mucha gente que estuvo trabajando detrás de las cámaras.
La película es de alta calidad en el contenido, en la fotografía y la dirección. Está hablada en alemán y cuando fue exhibida en México, hubo subtítulos en español, además de los subtítulos en alemán cuando hablaban en inglés. En Amazon puede conseguirse doblada y subtitulada al inglés. Ha recibido varias nominaciones para premios y ganó el premio al Mejor Documental en el Festival Bávaro de Cine.
