Todo ello,  en definitiva, nos hizo constatar lo que ya sabíamos. La espeleología tiene poco reconocimiento social y no se conoce el trabajo que se realiza en la oscuridad de las cavidades y menos aún se conoce la repercusión que estas investigaciones tienen posteriormente en diferentes ámbitos de la sociedad.

Como sabemos, las técnicas y materiales que se desarrollan para avanzar en la exploración de cavidades o bien para realizar rescates en su interior, posteriormente son utilizados a la luz del día para realizar trabajos verticales o bien son utilizados para maniobras de rescate en diferentes ámbitos del mundo de la emergencia. Pues bien, siempre nos ha llamado la atención que en el interior de las cavidades estas técnicas se denominan “solo cuerda” o técnicas de espeleosocorro y cuando se hacen a la luz del sol cambian de nombre y se atribuyen a otras actividades como por ejemplo escalada, alpinismo, etc.

Es probable que esta y otras circunstancias sean las que nos impiden realizar con facilidad nuestros proyectos de exploración, pues son pocos que ven la utilidad de estos trabajos.

Es cierto que no hemos alcanzado grandes profundidades ni hemos explorado kilométricas galerías que, en definitiva es lo que motiva a la mayoría de espeleólogos. Las metas que estamos alcanzando están relacionadas con aspectos sociales y culturales y, gracias a los años de trabajo de un equipo humano entregado al desarrollo del proyecto, hemos ido creciendo sobre la base del compromiso de querer hacer las cosas lo mejor que hemos sabido y sobre todo con muchas dosis de ilusión.