Armando Altamira G. Método para suicidarse en siete lecciones. STUNAM, Cuaderno de Comunicación Sindical Número 81, México. 2005. 24 páginas. s/ISBN
Armando Altamira fue uno de los escaladores que despuntó en la década de los cincuentas, cuando estaban abriéndose vías en diferentes paredes: el Abanico, en el Popocatépetl, las Inescalables en el Iztaccíhuatl, las numerosas paredes de la Sierra de Pachuca, en el estado de Hidalgo y más.
Método para suicidarse en siete lecciones es una obra más del autor de Alpinismo Mexicano, Técnica alpina y Desierto de Altar, publicado el primero por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México y el número once de Altamira en esa colección.
Manuel Sánchez hace la introducción al pequeño libro de una manera brillante, hablando de mejorar la calidad de vida a través del montañismo pero a Armando Altamira le toca derribar esa introducción. Sí, se trata de una forma de decirle al lector: “Si haces esto te puedes matar, pero lo más probable es que sean tus miedos los que te apegan al suelo y no llegas a ser tan feliz ni tan sano como yo”. (p. 6)
Pero la forma de desarrollarlo es desastrosa: Altamira considera que sus lecciones deben estar encaminadas a las grandes paredes que hizo hace cuarenta o cincuenta años e introduce al lector en un mundo de escalada que ya no existe. Por ejemplo:
“Existen tres modalidades para escalar: la libre, la mixta y la artificial. En la artificial se usa doble cuerda, la mixta es la que tiene algo de artificial y libre. La libre es la que mejor conviene a los suicidas. Se escala sin cuerda, clavijas, fármacos ilegales llamados doping en el deporte, nueces, dados, polvos en las manos, ni nada.”
Esta concepción de la escalada era común aún en la década de 1970-1980. hoy, cualquier cibernauta puede encontrar una clasificación de la escalada más diversa y mejor definida. Los tiempos cambian.
La sexta lección trata del Abanico, en el Popocatépetl, una montaña a la que desde 1994 no se tiene acceso por su gran actividad volcánica y comete el error de mencionar que “Es una escalada que se repite sólo cada cincuenta años”, cuando se fue escalada cientos de veces antes del cierre del volcán.
Las “lecciones” son más las fichas técnicas de rutas de escalada, algunas de las cuales se han modificado mucho desde hace tiempo, por lo que ya no tienen valor.
