Las quebradas de Bacís
10 febrero 2006
Internarse en la barranca de Bacís, en la Sierra de Durango, no es fácil. Las espinas y los saltos en las rocas para no caer al río logran que el llegar hasta las cuevas de los antiguos sea complejo. Pero más complejo se torna el mundo interior del explorador que llega hasta allá y descubre un poco de ese polvo.
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ANTESEn 1988 Harry Moller publicó en
México Desconocido una editorial ofertando respeto a Carlos Rangel por el impresionante esfuerzo hecho en la expedición en solitario a las escondidas “quebradas” de Durango. Rangel había sido el primero de el siglo XX en entrar de lleno a las quebradas cuando ocho años antes Moller sobrevolaba la zona, escribiendo al respecto que era terreno inaccesible a seres humanos.
DESPUÉS
Rangel se enamoró del lugar. Dos años y medio después regresaba para hacer un recorrido en forma, empezando así con una serie de exploraciones que se realizarán de forma constante para convertirse en el proyecto “Descubriendo un mundo olvidado”. La zona había quedado prácticamente inexplorada y se sabía, aunque poco, que en las barrancas yacían restos de varias culturas antiguas en espera de ser descubiertos. Hoy en día varios exploradores se interesan por la zona, incluyendo a Carlos Lazcano y al Grupo la Venta, uno de los mas activos a nivel internacional.
ESTA VEZ
Retomando el proyecto Descubriendo un mundo olvidado, el actual Grupo de Exploración de la UNAM parte a la ya famosa Quebrada de Bacís. ¿Con qué objetivo? El mismo con el que empezó todo: la búsqueda implacable de concretizar aquella quimera de la presencia antigua en Bacís.
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