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Montañismo y Exploración
Grandes escaladas

La historia del montañismo se resume prácticamente a las grandes escaladas, esas que hacen historia por dejar en el medio de los escaladores y alpinistas una nueva mentalidad con que acercarse a las montañas o nuevas técnicas que hacen acometer problemas de otra envergadura. Grandes Escaladas es una recopilación de este tipo vivencias en montaña.







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Chris Bonnington (coordinador). Grandes escaladas. Ediciones Desnivel, Madrid. 1995. 224 páginas. ISBN: 84-87746-70-5


"Para la mayor parte de nosotros... todo empieza con una apreciación de las bellezas de la naturaleza salvaje, con la curiosidad de saber qué hay al otro lado del recodo de un valle o más allá del horizonte inmediato, con la emoción de llegar a una cumbre y tener de pronto ante sí una amplia vista en la que el suelo huye hacia abajo en todas direcciones. Y aquí existe ya un nivel de exploración. No importa que antes hayan venido otras personas: para el individuo es la primera experiencia, la primera visión de este panorama concreto, con un sentimiento de prodigio que ya nunca abandonamos. También puede haber sensación de aventura." (Chris Bonington, p. 10)

Así, Chris Bonington inicia el libro Grandes Escaladas, que tiene un objetivo muy ambicioso: dar un panorama de lo que es el montañismo actual. Se trata de una antología de textos realmente impresionante. Así, se presentan, entre otros, textos de escaladas hechas en su juventud por John Hunt y otras por Lily Bristow en compañía de Alfred Mummery:

"…esta ascensión fue algo totalmente diferente. Era más difícil de lo que jamás hubiera imaginado: una sucesión de problemas cada uno de los cuales era una excelente escalada por sí misma. Comprenderás perfectamente que en una escalada de este tipo no hay el más mínimo peligro para nadie, excepto para el primero de la cuerda, ya que los demás se limitan a seguirle con la seguridad absoluta de la cuerda." (Lily Bristow, p. 16)

El resto del libro tiene una cantidad de textos importantes: la Salathé en libre, una exploración en Patagonia con Eric Shipton, un ascenso al Erebus en invierno y solitario, una escalada extremadamente difícil que Marc Twight bautizó como "La Casa del Dolor", las expediciones al K2 y Kangchenjunga de Charles Houston, el ascenso al Broad Peak de Peter Habeler y Reinhold Messner, el ascenso al pilar oeste del Makalu, etc.

Pero uno no sólo lee los relatos de ascensiones en sí, sino algo más importante que está detrás de todo esto: la propia idea que tienen los autores de escalar montañas. Así, los argumentos de Wanda Rutkiewicz, Catherine Destivelle, Marc Twight, Dietrich Hasse , Paul Piana, Reinhold Messner, Peter Habeler, Kurt Diemberger, Doug Scott, Paul Nunn, Kitty Kalhoun aparecen uno tras otro. Sin obstrucciones, en libre exposición para que el lector tome en cuenta todas.

Leyendo cada relato uno puede perder fácilmente el sentido del libro, pero para esto se ha establecido un orden importante: divididos por regiones (los Alpes, más allá de los Alpes, Norteamérica, Hemisferio Sur y la Alta Asia), cada sección tiene una introducción verdaderamente importante de la historia del montañismo en esa región. Estas introducciones sitúan en el tiempo y en el espacio al lector, gran labor de Audrey Salked y Stepehen Venables que en pocas páginas dan un panorama breve y preciso, que es reafirmado por los relatos.

Algunos de los criterios vertidos en Grandes Escaladas son los siguientes:

"Buena parte de la atracción de la escalada alpina radica en la posibilidad de que [en] algún momento surja lo imprevisto, para nuestra delicia, miedo o confusión." (Rob Collister, p. 26)

"Allí, los esfuerzos realizados con moderación no sirven para nada; todo movimiento en el que el corazón no cree, toda palabra que la mano no escribe con sangre es un esfuerzo perdido, un despilfarro sin razón..." (Marc Twight, p. 38)

"Escalar siempre se ha vinculado a una búsqueda de los límites en la forma más pura posible... El deporte ha cambiado, pero también lo ha hecho el resto de la sociedad, y las razones de ambos cambios hay que buscarlas en el pasado y no en las manos de unos pocos individuos locos por impresionar. Inevitablemente el timón seguirá girando y existen ya posibilidades interesantes... Escalar siempre ha sido, y siempre será, un juego sin fronteras." (Ed Douglas, p. 77)

"Algunas de las mejores rutas en el Himalaya están hoy día sembradas de viejas cuerdas fijas medio podridas, que sin duda deterioran el aspecto estético de las montañas al margen de que representen o no un perjuicio ambiental. Si tenemos que proteger las montañas para las generaciones del futuro, la clave radica probablemente en tratar de reducir al máximo el tamaño de las expediciones, restringiendo la logística, acometiendo más con menos... de forma que también la propia capacidad de los escaladores se convierta en objeto de exploración." (Geoff Tabin, p. 153)

Un artículo bastante radical es el de la escalada en la arenisca de Sajonia, de Dietrich Hasse, una zona que tiene un peculiar modo de ver la escalada y que defiende el estilo más puro sin permitir que nadie coloque un solo clavo o un empotrador para mantener la roca intacta. En su exposición, Hasse se pregunta:

"…¿qué duradero interés puede tener una escalada con ayuda física y psicológica desde arriba? Es tan acrobática como las escaladas tradicionales, por supuesto Â?sería ridículo si no lo fueraÂ? pero ¿qué más hay? ¿Dónde está la profunda aventura de la montaña? ¿Y qué hay del riesgo, de los verdaderos niveles de la escalada, o de la deportividad montañera? Nosotros no creemos que tales métodos proporcionen estímulos y visión para nuestra juventud escaladora sajona." (p. 60)

Dos artículos que son muy importantes: la visión del desarrollo del montañismo polaco y la propia visión de los sherpas, ambos fuera de lo que estamos acostumbrados a leer. Voytek Kurtyka, (p. 203) hace un análisis del por qué los polacos han sobresalido en la apertura de rutas en el Himalaya y concluye en sí mismo: "Para mí, quedó claro que el estilo alpino es una forma superior del arte del montañismo, no sólo en su aspecto deportivo, sino también en términos humanos, porque a través de él es posible experimentar el mundo de la montaña en forma más íntima y profunda. Al eliminar el compañerismo accidental [de las expediciones pesadas] se hace posible la formación de vínculos más profundos."

Pertemba Sherpa es el autor de "El parecer de los sherpas", un artículo impresionante por su contraste con los enfoques occidentales que hay que tomar en cuenta:

"Tal vez pensarán que fuimos estúpidos al trabajar tanto en condiciones de mucho frío y mucho peligro. Nadie más en Nepal quiere hacer este trabajo. El hecho es que la mayor parte de nosotros no tenemos elección. Nuestras granjas son pequeñas y están a gran altura, y necesitamos ingresos extra para mantener a nuestras familias." (Pertemba Sherpa, p. 192)

"Los sherpas de la generación más joven... leen los numerosos libros y artículos acerca de las expediciones en el Himalaya y los oigo lamentarse de no ver suficientes referencias a los escaladores sherpas. Ellos colaboran, trabajan mucho, cumplen su misión, apoyan a los miembros de la expedición, ¿y todo para qué? Hemos nacido en el lugar y en el momento inadecuados para figurar en las historias que hoy se publican." (Pertemba Sherpa, p. 194)

¿Cómo concluir entre esta enorme gama de opiniones? Chris Bonington nuevamente toma la palabra:

"Las zonas que circundan al Everest y otras muchas regiones montañosas, que sólo unos años atrás eran lugares llenos de misterio, forman parte hoy de los circuitos turísticos. Ya no es escalada de exploración, sino una forma de super-alpinismo...

"En el futuro, probablemente, una mayoría continuará afluyendo a los ochomiles del Himalaya y las montañas más altas de los demás continentes; los mejores escaladores se dedicarán a buscar posibles nuevas líneas -con un abanico de posibilidades cada vez más restringido- y a escalar mejor o más de prisa las rutas ya existentes. Sin embargo, la inmensa mayoría parece darse por satisfecha repitiendo las rutas ya existentes: una ampliación del ciclo desarrollado durante años en los Alpes.

"Pero todavía hay lugar para la exploración en el Himalaya y en otros macizos del mundo, en montañas más bajas y desconocidas, a menudo en cumbres que ni siquiera tienen nombre sino que sólo son puntos altos en el mapa. Para mí, es la mejor modalidad de escalada, y existen aún suficientes rincones desconocidos como para satisfacer más o menos a otra generación de montañeros, pero hablamos de cantidades finitas y en un futuro no muy distante una cumbre no escalada será más rara que la más bella de las esmeraldas. La moraleja sería entonces: irse allí ahora que todavía queda mucho por escalar." (Chris Bonington, p. 214)

Pero no se limita al montañismo "tradicional", sino que abarca la escalada deportiva, el papel de la mujer, los avances de la tecnología, la ecología y otros puntos y aunque menciona que "…siempre preferiré las paredes de las altas montañas con su escalada tradicional. Me canso enseguida de la monotonía de estas rutas buriladas, desprovistas del carácter individual que poseen todas las escaladas que se protegen en forma natural, y de sus particulares e inesperados desafíos." (p. 217), defiende lo más importante:

"Y la discusión continuará. Es importante que así sea, porque este continuo diálogo es la vía para que nuestro deporte se desarrolle de modo que mantenga la calidad de nuestros tradicionales valores de la escalada de "aventura" permitiendo al mismo tiempo la evolución de la escalada deportiva." (Chris Bonington, p. 218-219)


Erratas

Página 83, párrafo dos, columna uno, dice: "Sin embargo, en 1933, Lynn Hill..." Debe decir 1993.

Página 201: se repiten algunas de las últimas líneas de la página anterior, pero el texto está completo.



 



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