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Montañismo y Exploración
El primero de la cuerda


No es la primera novela de montaña pero seguramente es la más conocida. Ambientada en los Alpes en la década de 1930, El primero de la cuerda reveló al mundo que el alpinismo podía dar más que noticias sensacionalistas y lanzó al mismo tiempo a su autor, Roger Frison-Roche, a la fama literaria.







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Roger Frison-Roche. El primero de la cuerda. Editorial Juventud, Barcelona. 1955. 256 páginas. Sin ISBN.


Cuando comenzaba a escalar paredes rocosas, escuchaba mencionar un libro que todos consideraban como "importante". Tan importante que nunca lo vi. Ningún amigo lo tenía y quienes sí, no lo prestaron jamás. Andrés Hurtado me regaló una fotocopia del libro en Colombia y debo decir que me sentía tentado a leerlo de una vez.

¿De qué trata El primero de la cuerda? Es una de las tres novelas que hicieran famoso a Roger Frison-Roche como escritor. El tema es sencillo: un guía muere en la pared de los Drus y su hijo, quien trata de recuperar su cuerpo de la montaña, sufre una caída que lo lleva a la cama y a la pérdida de su equilibrio, diagnosticada por el médico. ¿Puede seguir viviendo una persona para quien subir a la montaña lo es todo? ¿Puede superar esta etapa. La solución se da a lo largo de la novela, pero no importa lo heroico que suenen los relatos de las ascensiones con un exceso de descripciones, el tema principal no es la heroicidad sino la vida de los guías de Chamonix.

Algo llama la atención: la sorprendente claridad con que se deja trazado el pensamiento de los guías:

"—En cuanto al vértigo, tío, los pies helados, los peligros, todo eso ha sido creado seguramente para dar más sabor a la vida. Solamente cuando se está mutilado o físicamente empobrecido es cuando se da uno cuenta del valor de la existencia...

"—Así es que, según tu razonamiento, la vida no vale la pena de vivirse hasta el día en que se arriesga uno a perderla?"

"—¡Casi! La vida debe ser una lucha continua. ¡Desgraciados los que no combaten, los que se abandonan a las cosas fáciles! He estado en peligro de ser uno de ellos y cuando pienso en el lodazal en donde me hundía me estremezco de asco." (p. 252)

Se trata de hombres campesinos que en la "temporada" se visten "civilizadamente" para guiar a personas que no conocen a las montañas que han visto desde su niñez:

"...tanto si son buenos como malos, acaban por venir a la montaña. Primero por... espera, no recuerdo la palabra; por... "esnobismo", o sea, por darse importancia y porque está de moda; luego por amor, para dejar estupefactas a las chicas, por la noche, en el bar, pero luego les coge... de verdad... y entonces lo dejan todo. Claro que a ésos no los ves, Fabián. Pasan la noche en los refugios, regresan cansados, duermen y vuelven a marchar. ¡Esos son los verdaderos montañeros!" (p. 71)

A diferencia de Grieta en el glaciar y Regreso a la montaña, El primero de la cuerda tiene una mayor lucidez y su mejor acierto es el de lograr que las acciones en la montaña sean largas, muy detalladas hasta el sonido hueco en el hielo. Ahora comprendo a quienes habían leído el libro y se decían emocionados por la acción. El libro lo transporta a uno a estar ahí, con los guías. La primera escalada recuerda mucho a la tragedia del Pilar de Fréney en 1961, por lo intensa y hay que recordar que en el tiempo que se desarrolla la novela (la década de 1920, el libro fue escrito en 1938) la técnica era bastante rudimentaria, al grado que después de leer el libro, es imposible estar en desacuerdo con el autor:

"En estos casos él sabía perfectamente que es inútil contar con el aseguramiento de la cuerda, casi ilusorio. Si uno de ellos resbala sobreviene indefectiblemente la caída de la cordada. La cuerda sólo supone un lazo moral entre los dos escaladores." (p. 229)


Otros libros de Roger Frison-Roche

  • Grieta en el Glaciar
  • Regreso a la montaña



 



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