El diabético Eric González desafiará otra vez al Polo Norte
5 marzo 1997
Jorge Sepúlveda Marín. El atleta diabético Erick González buscará recorrer, a partir del día 16, mil kilómetros sobre el Polo Norte en tan sólo 25 días, para regresar posteriormente a Groenlandia el 1 de mayo y hacer una travesía similar, …
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Jorge Sepúlveda Marín. El atleta diabético Erick González buscará recorrer, a partir del día 16, mil kilómetros sobre el Polo Norte en tan sólo 25 días, para regresar posteriormente a Groenlandia el 1 de mayo y hacer una travesía similar, para sumar 2 mil kilómetros, de un brillante camino de hielo, que a veces es azul, otras verde, teñido así por la naturaleza. La hazaña tiene un costo de 50 mil dólares.
Y todo, porque busca hacer realidad lo que, en principio, fue sólo un sueño: “convertirme en un explorador ártico”, luego de estar al borde de la muerte, en la cama de un hospital, debido a una crisis hiperglucémica. De eso hace ya seis años.
Pero ahora en 1997. Y este mes emprenderá de nueva cuenta el camino hacia la parte norte del planeta, hasta llegar a la isla de Baffin, en Canadá, de donde partirá para llegar a pie, sin esquís, a un punto distante a mil kilómetros. LA travesía de ninguna forma será fácil, responde, porque habrá no sólo osos polares, hambrientos —que organizan verdaderas carnicerías, aunque para ellos llevará una magnum 357—, sino también temperaturas de hasta 80 centígrados bajo cero, además de tormentas de nieve, por lo que deberá tener una inmejorable condición física, además del obvio arropamiento.
Ahora ha ganado en experiencia y aunque no conoce el camino, se ayudará de un sistema satelital de localización, un[a] pequeña caja negra, que le indicará la ruta a seguir, y si algún peligro lo acecha, podrá ser advertido.
El gran reto, es dominar la soledad. Hay esquimales pacíficos en algunas zonas y estará en constante comunicación, pero el estar solo es terrible soportarlo, platica. “Tengo miles de temas que hablar conmigo mismo. Además debo escribir la bitácora. Hay que dominar la soledad y no dejar que ella lo haga, porque si no, estás perdido”.
Nueve meses de entrenamiento y estudio le llevó la preparación. ¿Por qué hacerlo? Porque en el mundo hay 110 millones de diabéticos y en México el 8 por ciento de la población padece ese mal, incurable aún, y a ellos quiere demostrarles que con el deporte y cuidándose se puede vivir en condiciones casi normales.
Nada debe salir mal, pero si así ocurriera lo mismo lo pueden rescatar en una hora que en una semana.
La Jornada
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