Los escaladores italianos Elio Orlandi, Fabio Leoni, Rolando Larcher y Michele Cagol abrieron una nueva vía en el K7, en el Valle de Charakusa, en la cordillera del Karakorum, en Paquistán. La nueva vía discurre ahora por el pilar oeste de la montaña a lo largo de 1,100 metros de paredes verticales, escalados en el 90% en libre y le dieron una graduación de 7b, A2.

Partieron de Italia el 15 de julio hacia el valle de Charakusa, en el Karakorum, y su intención era abrir una nueva vía en el macizo del K7, adonde han acudido algunos de los montañistas más conocidos en el mundo del montañismo, pero tuvieron que cambiar su idea porque este año la zona ha estado cargada de nieve y la hacían peligrosa. “Esta vez preferimos vivir”, dijo Orlandi al explicar que la línea que intentaban subir era muy peligrosa y con riesgos de avalancha. Entonces modificaron sus planes.

Se fueron al pilar oeste del K7, lejos de las avalanchas pero también en la misma montaña. “El resultado es una nueva vía en esta pared vertical. Un bello resultado.” Son mil cien metros de pared y 500 metros más de un canalón de nieve con pendiente de 50-55 grados. La ruta va por fisuras y placas y los montañistas calculan que su dificultad sea de 7b con breves pasos en A2. De toda la pared, sólo diez por ciento fueron escalados en artificial, principalmente en las cercanías de la cumbre. Los cuatro italianos subieron la pared en estilo alpino.

Aunque en un principio los escaladores quisieron dedicar la vía a Ricardo Cassin, fallecido recientemente a los cien años de edad, la nueva vía tiene por nombre “Hijos de Hushe” porque está dedicada a los niños de Hushe, que es el poblado más próximo a la montaña.

“Hemos permanecido mucho en la zona y aprendido un montón en el aspecto humano y la diversidad de cultura y religión. Hemos visto cierta tristeza en la sonrisa de los niños y por eso hemos llamado a la vía de esta manera”.