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Montañismo y Exploración
Sir Edmund Hillary según Ed Hillary

La vida me ha ofrecido una impresionante variedad de experiencias. Tal vez nada pueda superar la oportunidad de ser el primero del mundo en alcanzar la cumbre del Everest, ser el primero en conducir un tractor hasta el Polo Sur o hacer el primer viaje en lancha por el río Ganges hasta sus fuentes en el Himalaya.







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La aventura puede ser para la gente común, con cualidades comunes, tal como la respeto yo mismo.

Sir Edmund Hillary


Desde que alcancé la cumbre del monte Everest hace más de cuarenta y cinco años, los medios me han catalogado como un héroe, pero yo siempre me he reconocido a mí mismo como una persona de modestas capacidades. Mis logros son el resultado de una buena dosis de imaginación y mucha energía.

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Seguí picando una línea ascendente de peldaños. A continuación hice pie en un área de nieve, rasa y desguarnecida, sin otra cosa que espacio en todas direcciones. Tenzing llegó enseguida hasta donde yo estaba y los dos miramos asombrados a nuestro alrededor. Con inmensa satisfacción, ¡nos dimos cuenta de quehabíamos alcanzado la cumbre del mundo!

Sir Edmund Hillary


Llegar a la cima del Everest no iba a destruir mi ilusión por la aventura.

Sir Edmund Hillary


Por alguna razón no me sentía especialmente emocionado con nuestro éxito. No tenía sensación de acontecimiento, sino sólo de que me había portado bastante bien frente a un gran desafío.

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…todos estuvimos de acuerdo en que, puesto que formábamos un equipo que compartía las tareas en la montaña, diríamos que habíamos alcanzado la cumbre juntos… Esta cuestión ha sido debatida en todo el mundo durante muchos años y supongo que la gente seguirá planteándosela en el futuro. Por fortuna es una cosa intrascendente, puesto que los dos podemos atribuirnos el mérito del triunfo.

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…importa poco quién sube a la cumbre primero; tiene tan poca importancia que nosotros no pensamos nunca en eso, pero por aquí se le da mucha trascendencia. Lo cierto es que, como creo que ya te dije, yo llevé la cabeza las dos horas y media últimas y, de hecho, puse pie en la cima una cuerda por delante de Tenzing. Al principio me fastidiaba bastante toda esa cháchara periodística inexacta y muchas veces desagradable, pero ahora, después de discutirlo con Tenzing, que está en una posición bastante desagradable, hemos pactado un relato de compromiso y decir “llegamos a la cumbre casi juntos” y dejarlo rodar.

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Creo que mi experiencia en el Makalu inició el deterioro de la capacidad que había demostrado en el monte Everest para aclimatarme eficazmente a la extrema altitud. Seguí siendo capaz todavía de actuar apropiadamente por encima de los 6,000 metros, pero poco a poco la altitud fue pudiendo conmigo y ahora soy reacio a dormir por encima de los 2,400 metros. Eso no afectó mi entusiasmo por la aventura: había aún multitud de cosas interesantes que hacer en la Antártida y las estribaciones del Himalaya, o en los ríos salvajes de montaña por todo el mundo. Tan sólo en las grandes altitudes mi capacidad de aventura había mermado.

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Mi segunda enfermedad en el Makalu señaló el final de mi carrera como escalador de grandes altitudes. Pero creo que puedo decir sin falsedad que cuando algo se hacía imposible para mí, surgían otras oportunidades y otros intereses. Y aunque esos intereses no eran quizá tan peligrosos y emocionantes como los anteriores, eran, en muchos sentidos, desafíos no menos importantes.

Sir Edmund Hillary


El respaldo de una figura deportiva con renombre no siempre supone la mejor recomendación; los héroes deportivos pueden volverse deprimentemente humanos cuando el dinero y los principios entran en conflicto.

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Creo firmemente que todos los miembros de la expedición deben tener oportunidad de manifestar sus puntos de vista, pero muchas veces una persona debe tomar una decisión final, preferiblemente el jefe de la escalada. Sé que éste no es el método más generalizado en la actualidad, pero por no aplicarlo hay muchos desastres innecesarios.

Sir Edmund Hillary


La vida me ha ofrecido una impresionante variedad de experiencias. Tal vez nada pueda superar la oportunidad de ser el primero del mundo en alcanzar la cumbre del Everest, ser el primero en conducir un tractor hasta el Polo Sur o hacer el primer viaje en lancha por el río Ganges hasta sus fuentes en el Himalaya.

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Mis talentos no han sido extraordinarios, pero he tenido la fuerza y la entereza suficientes para afrontar los retos, y generalmente he salido airoso de ellos.

Sir Edmund Hillary


No sería humano si no tuviese cosas de que arrepentirme en la vida.

Sir Edmund Hillary


Me alegro de que lo más sustancial de mis escaladas en el Himalaya tuviera lugar hace más de cuarenta años, cuando casi todo lo que hacíamos carecía de precedente. Trabajábamos en equipo, abríamos nuevas rutas y superábamos la mayoría de los problemas cuando se presentaban. Escalábamos encordados, porque pensábamos que ése era un método más seguro y responsable. Los procedimientos de hoy día son muy distintos, especialmente en el monte Everest. La montaña está cada vez más sucia con innumerables escalas de aluminio y miles de metros de cuerda fija. Docenas de pies ávidos han horadado profundas trazas en la montaña. Incluso en el Hillary Step uno tiene normalmente hasta tres cuerdas entre las que elegir para subir. Si el tiempo es bueno, las rutas habituales al monte Everest son mucho más sencillas hoy con la ayuda de la moderna tecnología. Mucha gente inexperta ha llegado a la cumbre aupada por guías profesionales. Me pasé muchos años pronosticando un desastre en la zona en caso de mal tiempo y, por desgracia, ha sucedido. El Everest no puede tratarse a la ligera: sigue siendo un desafío formidable.

Sir Edmund Hillary


El Everest se ha convertido también en un penoso montón de basura con amasijos de botellas de oxígeno vacías, tiendas destrozadas, latas y hasta algunos cadáveres. Lamentablemente, nuestra expedición fue una de las primeras en dar este tristísimo ejemplo, y no sirve de excusa alegar que no conocíamos nada menor por aquel entonces.

Sir Edmund Hillary


Fueron las montañas las que me introdujeron en las aventuras que había soñado siendo un muchacho.

Sir Edmund Hillary


Nadie puede prever cuándo llegará a término su vida. Pero todavía queda mucho por hacer. Con la ayuda de June y el apoyo de los miembros del Himalayan Trust espero que nuestro trabajo continúe aún por algún tiempo. He tenido mis penalidades pero, en conjunto, la vida ha sido muy buena conmigo. He disfrutado de muchas aventuras, sostenido muchas causas dignas y me he beneficiado de la generosidad y el afecto de compañeros maravillosos. ¡No puedo pedir más!

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