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Montañismo y Exploración
Monte Vinson: máxima cumbre de la Antártida
16 junio 2007

El Monte Vinson es el más alto del continente Antártico y su mayor dificultad no consiste en los 4,897 metros que tiene sobre el nivel del mar sino cómo llegar. A sólo 415 kilómetros del Polo sur, su acceso es bastante complicado. Y el ascenso resulta ser a una montaña de cristal.







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A mi espalda me observaban silenciosamente el monte Shinn y el resto de la cordillera Ellsworth y Sentinel. Era algo majestuoso, bello, único. Muy abajo quedaron las planicies congeladas de donde emergen imponentemente estas montañas. En realidad, cuesta distinguir dónde empieza el valle o planicie y dónde termina la montaña.


Seguí escalando. A corta distancia vi a Joby, Alex y Gilad, a quienes alcancé. Mantuve mi marcha y me detuve sólo para tomar fotos y beber agua de mi termo. La resequedad y el frío de este ambiente empezó a hacer mella en mi cara y labios a pesar de las cremas bloqueadoras con FPS 70. Algunas nubes se acercaban peligrosamente a la zona de cumbre. Las observé con recelo y le pedí a Dios que no nos causaran problemas.


Monte Vinson


Así continuamos avanzando sobre pendientes cada vez más inclinadas, abriendo brecha éntrela profunda y floja nieve. Era agotador. Descansamos un poco cuando el terreno cambió de nieve a hielo azul. Sólo se oían los sonidos que hacíamos con los crampones cuando pisábamos hielo, nieve o roca. De nuevo nos disgregamos de acuerdo a nuestro propio ritmo.


Luego de seis horas de ascenso, llegamos a la base de la pirámide somital. Estaba emocionado porque sentía cerca la cumbre y el clima era aceptable. Por otro lado y aunque suene contradictorio, quería regresar porque me sentía deshidratado. Pienso en mi vida, mi familia, me distraigo en mis futuros proyectos, no estoy seguro, pero siento como que estuviera en un estado de somnolencia, casi escalando automáticamente, como si todo fuera une halada película. Lucho todo el tiempo conmigo mismo para mantenerme concentrado en mi escalada, porque en ese lugar no hay sitio para descuidos, porque eso significa la muerte.


Bordeamos al pirámide somital por su flanco sureste, luego nuestra travesía termina en la base de una empinada rampa de hielo que conduce directamente a la arista final de la cumbre. 45 minutos después, llegué a la arista cimera. Había una vista espectacular: miles de kilómetros de planicie blanca, cristalina. Muy, pero muy debajo de aquí. Tomé un corto descanso, luego a escalar con las manos la filosa roca parcialmente cubierta de nieve. La primera parte es de unos 30 metros y al sobrepasarla vi por primera vez la razón de esta empresa: ¡la cumbre!


Me mantuve concentrado, porque todavía no había llegado. Iba por una sección peligrosa con precipicios a ambos lados, tenía que colocar con mucho cuidado cada mano y pie. Aquí no había cuerdas de seguridad, nada. Un resbalón y sería fatal. El deseo de alcanzar la cima era superior a la sensación de peligro. Además, porque ya estaba tan cerca…


Monte Vinson


Finalmente, a las 18:50, llegamos a la cumbre. ¡Feliz cumbre, Guatemala!


Nos fundimos en un fraternal abrazo. Estábamos felices. Significaba mucho para nosotros. Surgieron lágrimas de felicidad: estábamos en la cumbre, en el techo de la Antártida. El paisaje es indescriptible. Hacia el norte toda la majestuosidad de la Sentinel Range y los montes Gardner, Epperly, Tyree y Shinn y aún más lejos se ve la cordillera central Ellsworth; hacia el sur se ven las interminables y congeladas planicies que llegan al Polo sur y más allá. Otro detalle hermoso e increíble es que pudimos ver la redondez de la Tierra.





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