Pisco y Chopicalqui, montañas de luz
15 octubre 2006
Dos montañistas de la Universidad Autónoma de Puebla formaron una pareja que tuvo como meta escalar el Pisco y el Chopicalqui, en la Cordillera Blanca del Perú. Patricia y Eduardo narran su primera experiencia experiencia en montañas fuera de México.
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Pasamos por cuatro paredes-rampas de unos 10 a 15 metros. La inclinación era muy fuerte pero Daniel subía de primero y me aseguraba. La noche se me hizo larga. Comencé a sentir algo de cansancio, en todo el ascenso hicimos cuatro descansos de unos cinco minutos cada uno.
A las seis de la mañana comenzaba a clarear y llegamos a un lugar llamado “La Torre”, una zona de avalanchas. Daniel me indicó que descansara un poco porque tendríamos que pasar muy rápido por ahí. Literalmente hay que saltar entre los bloques de hielo suelto. Me daba la impresión de que se iban a mover.
Pasada la zona de avalanchas y más adelante una larga pared de 120 metros de largo con 70 grados de inclinación. En esa pared sentí que no lo lograría. Estaba a punto de decirle a Daniel que nos regresáramos, pero recordé todo el trabajo previo que tuvimos que hacer como grupo de montañismo, pensé en mi familia, en Francisco y en el trabajo mediocre de la selección mexicana de futbol. Con eso sentí que me llenaba de energía y comencé a dosificarla: avanzaba seis pasos y descansaba uno. Así subí hasta llegar a la arista final en donde ya se veía de cerca la cumbre. Ahí alcanzamos a los argentinos.
Descansamos un poco y los argentinos comentaron que esa última pared acaba a cualquiera. Habían salido del campamento uno a las 12:30 a.m. Reanudamos el ascenso y en menos de una hora estábamos en la cumbre Daniel y yo, eran las 8:30 de la mañana y yo estaba contenta en la cima del Chopicalqui. Es un lugar reducido, de unos cuatro metros cuadrados. Media hora después llegaron los argentinos. La visibilidad no era muy buena y nevó.
Bajar de la cumbre me costó mucho trabajo. Tuve miedo pues delante de mí sólo había vacío. En una hora estábamos en la arista y esperamos a los argentinos para hacer el rapel juntos. No me había dado cuenta de adónde nos habíamos metido, supe que eran 120 metros hasta que los descendimos con dos rapeles de 60.
Y de día la montaña es otra. Pude ver las enormes grietas y no podía creer que por ahí hubiéramos pasado de noche. Al Campamento Morrena llegamos a las dos de la tarde. No tuve fuerzas ni para comer pero aunque tenía mucho sueño, no pude cerrar los ojos.
Pero ya habíamos logrado las dos montañas que habíamos venido a subir. Regresábamos a México con más experiencia y sabiendo que uno se curte más en montañas que no conoce que en las que siempre ha subido.
Patricia Conde y su guía Daniel en la cumbre del Chopicalqui
Patricia Conde y Eduardo Izquierdo, los integrantes de la expedición "Puebla asciende 2006" en la Cordillera Blanca del Perú.
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