Sin embargo, hay un error: en teoría se trata de ascender la montaña más alta de cada continente (cinco en total) y de cada círculo polar. Todo va bien hasta que nos topamos con el McKinley, que está fuera del círculo polar ártico. El verdadero techo del ártico es el Gunnbjorns (3,708), no es ascendido gracias a la visión del primer hombre que ascendió las siete: Pat Morrow, un canadiense también millonario que estuvo por invitar a Messner al Vinson (con ello, Messner se hubiera ganado el título antes que él) y que entiende a América como dos continentes: el norte y el sur.

Monte Elbrus, Europa

El 27 de noviembre, un guía profesional canadiense anunciaba que había llegado a la cima del Vinson, en la Antártida y con ello había ascendido las Siete Cimas. Eso lo hacía acreedor del récord en hacer las siete: 187 días, poco más de medio año. La fecha de inicio del tiempo fue el 24 de mayo: cuando alcanzaba la cima del Everest. Es decir: no se cuenta ni el tiempo que estuvo en la montaña antes de la cima ni el posterior a la última.

Lo que ello implica es algo que no puede comprenderse de primera vista:

• Una extraordinaria condición física tanto para subir cada montaña como para hacerla una tras otra, además de los viajes de acercamiento y en avión a distintos destinos.


• Una organización ejemplar, que le permita bajar del Everest e irse inmediatamente a su próxima montaña, donde ya todo estará esperándolo.


• Una increíble suerte de que el tiempo meteorológico lo le haya retrasado tanto o impedido hacer una sola cima.

 Pero, por supuesto, todo esto puede suceder, aunque por el momento los sietecimistas quieran pruebas para admitirlo dentro de su club, porque si hizo todo esto, seguro que tiene acceso al dinero para pertenecer, pues esa planeación debió costar mucho dinero.

Monte Vinson, Antártida

Hasta el año 2003, había 75 personas en el club, mientras que hoy son sólo doce hombres, y ninguna mujer, han ascendido los catorce ochomiles, además de una lista más bien corta y poco conocida de aspirantes a lograrlo. Esto lo hace ciertamente un grupo de élite deportiva, en comparación con los sietecimistas, mucho más amplio. Sobre todo después del artículo aparecido en Barrabes.com en donde se menciona que al Elbrus muchos suben en orugas mecánicas casi a los cinco mil metros.