Pero en 1985, con el ascenso de Dick Bass, un millonario de Texas de 55 años de edad, guiado por David Breashears, el panorama del montañismo había comenzado a cambiar: las montañas que antes eran sólo para un grupo selecto y bien preparado, ahora estaban abiertas a cualquiera que pudiera pagar, sea de su bolsillo o por medio de patrocinadores.
Aconcagua, Argentina, América
El resultado: la masificación de las montañas en el Everest, primero, y en todo el Himalaya, después. Y al mismo tiempo: una segunda carrera, que es más ambicionada porque es una marca: las Siete Cimas. Es algo parecido a los Catorce Ochomiles, pero con un nivel técnico más bajo: se tiene que subir la cumbre principal de cada continente. Curiosamente, siete.
Monte Kilimanjaro, África.
Para ingresar a este club hay que ascender el Everest (Asia, 8,850), McKinley (o Denali, América del Norte, 6,194), Elbrus (Europa, 5,642), Kilimanjaro (África, 5,894), Aconcagua (América del Sur, 6,959), Carstensz (Oceanía, 4,889) y el monte Vinson (Antártida, 4,897) son los destinos de quienes quieren estar en la lista de las Siete Cimas. Eso sí: es un club muy codiciado porque para estar en él se tiene que estar rodeado de dinero, pues ir al Vinson es extremadamente caro.