Sebastián Álvaro. Conversaciones con Reinhold Messner. Ediciones Desnivel (Grandes aventureros, #3), Madrid. 2002. 120 páginas. ISBN: 84-95760-64-9
Caminar cerca del límite no es sólo caminar entre lo posible y lo imposible, entre la vida y la muerte, entre subir y caer, supone tener siempre claro lo que somos capaces de hacer y lo que es imposible para nosotros, darse cuenta de que el océano de lo imposible, del por hacer, es mucho más grande que la gota de lo que tenemos la capacidad de hacer.
Reinhold Messner, el primer hombre en ascender los 14 ochomiles, el segundo en hacer las Siete cimas, el primero en realizar la travesía del Antártico que dejó inconclusa Shackleton, aquel que busca la aventura y se ha convertido en un símbolo e imagen de la aventura misma, es el personaje entrevistado por Sebastián Ã?lvaro para estas "conversaciones". ¿Qué se puede preguntar a un hombre que ha dicho prácticamente toda su vida deportiva y su pensamiento filosófico en numerosos libros?
"Este libro pretende ser otra cosa: es un intento de aproximarse al protagonista, no por sus escaladas, travesías polares o aventuras, sino por su intelecto y su capacidad de reflexión, enfrentada a una mira inquisitiva y, a veces, crítica." (p. 14)
Pese a esta advertencia preliminar, la conversación con Messner gira en torno al tema alpinismo una y otra vez, sean sus ascensiones, su infancia, su ideología o su apreciación histórica del deporte.
Impresionante por su forma de pensar y de ver el alpinismo y la exploración, el libro se convierte más en una serie de respuestas donde el entrevistado se convierte en el maestro (a diferencia de la entrevista con Maurice Herzog, con quien realmente se dialogaba) que siempre tiene algo que decir y siempre lo dice directa y profundamente pero para quien "...alpinismo significa, sobre todo, tener suficiente valor para tomar en las manos la responsabilidad de tus propias acciones." (p. 34)
Desde este punto de partida, Messner busca una visión nueva del alpinismo:
"...aunque los desafíos no existían, ya que todas las cumbres estaban hechas y no había paredes sin escalar, yo me inventé los desafíos... Esto era lo que me gustaba: enfrentarme con lo casi imposible, para afirmar que era posible; destruir un tabú. Mi alpinismo es esto, yo lo inventé estudiando historia." (p. 78-79)
De esta forma, asciende la pared del Rupal en el Nanga Parbat, crea el "estilo alpino" que se sigue utilizando por las mejores cordadas y llega a ser el primer hombre en subir los catorce ochomiles, pero para él "...ascender a estas cumbres nunca fue mi primera meta. Subir los catorce ochomiles fue principalmente un juego. Mi verdadero interés era alcanzar visiones nuevas." (p. 51)
Las visiones nuevas sólo pueden ser alcanzadas por la creatividad, pero "...el alpinismo creativo ha muerto. Hoy sólo existe el alpinismo de cifras. Los jóvenes alpinistas y los aventureros persiguen las cifras: 11º grado, ocho mil metros en ocho horas... Se expresan con números, no con emociones, visiones o ideas. Hoy estamos en el alpinismo de las cifras. No lo estoy criticando, sólo constato objetivamente lo que pasa." (p. 81)
Según Messner, "la aventura tiene dos posibilidades de desarrollo. Puede ir evolucionando por el camino que yo he mostrado, la aventura de la renuncia, que, por supuesto, no significa renunciar a la aventura, que sería la otra posibilidad: renunciar a la actividad y vivir la aventura sólo en la mente... Pero estoy seguro de que siempre habrá alguien que necesitará moverse, arriesgar, enfrentarse directamente al mundo; es decir, «vivir» la aventura." (p. 82)
La creatividad puede expresarse en otros campos que no sean las montañas pero si se trata de aventura, Messner está seguro de que "...la aventura más intensa que se puede vivir está en la exposición; no en la posibilidad de despeñarse, ni en el frío, ni en la superación de dificultades, sino en la exposición, que es asomarse a la pura infinitud, bajo la inmensidad del cielo, enfrentándose con las leyes de la naturaleza y siendo concientes de que no hay apoyos externos. Ésa es la mejor dimensión para comprenderse, para saber quiénes somos." (p. 95)
Erratas
Página 52, líneas 12 y 13, dicen: "...Hermann Buhl y Kurt Diemberger en 1956 en el Chogolisa". El año correcto es 1957. El mismo error se repite en la página 105, donde está la nota 8.
Página 97, línea 9, dice: "...los españoles ascenderán montañas, como el Popocatepetl..." El nombre correcto es Popocatépetl.