Georges Sonnier. La montaña y el hombre. Editorial R.M., Barcelona. 1977, 262 páginas. ISBN: 84-7204-048-8
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La montaña no es el infinito, pero lo sugiere.
Pierre Dalloz, Zenith, citado en p. 17
Sólo se vence verdaderamente lo que se ama.
Henry de Montherlant, cit. en p. 57
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Es el 27 de junio de 1492. Antoine de Ville y un grupo de soldados que lo acompañan llegan a la cima de una modesta cumbre que, vista desde todos lados, parece estar tan cercana a dragones: el monte Aiguille. Han subido por orden expresa de Carlos VIII. Un hito importante, sin duda. Pero es hasta el 8 de agosto de 1786, cuando Jacques Balmat y Michel-Gabriel Paccard se posan en la cima del Mont Blanc, la más alta de los Alpes, que nace el alpinismo: con su ascenso rompen un mito de siglos y dan inicio, sin saberlo, a una nueva actividad humana que en pocos años dará empleo a gente que vive al pie de las montañas y que con el transcurso de los años se convirtiera en la razón de ser de muchos seres humanos.
Se había conquistado la cima más alta de los Alpes y "...durante docenas de años la conquista de los Alpes giró así en torno de una sola cumbre ?aunque fuese la más alta? antes de acometer las restantes. No faltaba osadía, sino imaginación." (p. 85)
Esa imaginación llegó a su tiempo: Whymper en el Cervino y Mummery en el Grépon, dan cambios decisivos porque "Todas las grandes fechas del alpinismo han sido y serán el encuentro de una montaña y un hombre." (p. 68) Con uno se trata de ascender la montaña que no se ha escalado antes, con el otro, buscar la vía de mayor dificultad, mentalidad que revolucionaría en definitiva el enfoque del hombre que va a la montaña: buscar siempre la mayor dificultad. "Lo que cuenta es la vía que se sigue, las dificultades que resolver en cada ocasión. Todo itinerario desconocido de una misma cima es un rostro nuevo que hay que desvelar. Apenas se trata de la misma montaña. Su identidad sólo se revela al llegar a la cumbre." (p. 170)
El alpinismo pasa lentamente de tener un guía como requisito indispensable a la cordada compuesta por "amateurs" y, después, al alpinismo solitario, cambios que están más allá de la mera enumeración de hechos. "El alpinismo en solitario comporta riesgos excepcionales: el menor accidente ?ruptura de un puente de nieve, fractura, etc.? puede revestir dramáticas consecuencias. Por ello, y más que ningún otro, requiere un perfecto conocimiento de la montaña, una técnica infalible, una sangre fría y una prudencia a toda prueba; y damos por supuesto que la decisión de penetrar soplo en el universo inhumano de la altitud constituye por sí misma una imprudencia del mayor calibre, deliberada. Lo importante es que sea plenamente reconocida como tal, y asumida. Con esta reserva, acaso sea la forma regia del alpinismo, la única que verdaderamente enfrenta al hombre con la montaña soberana." (p. 216)
A través de un análisis de diferentes ascensiones y los cambios que se han producido en el alpinismo, Georges Sonnier proporciona una obra no sólo de historia de nuestro deporte, sino de la filosofía con que se ha seguido acercándose a la montaña, desde un ideal: "...la acción cuenta en definitiva menos que la idea que la engendró... La conquista de la montaña es ante todo una conquista de la imaginación... La conquista de la montaña es empresa de hombres que la habían soñado y amado ya antes de acercarse a ella." (p. 60) hasta los diferentes extremos que son ajenos a aquello que diera origen al alpinismo: "...se puede vivir de la montaña, como antaño se vivía para ella (aunque lo uno no excluye lo otro), y quizá esto sea un bien. Pero también puede servir como trampolín a la ambición, permitiendo «hacer carrera». En el límite, hay «vedettes» del alpinismo. Esto es un peligro." (p. 226)
Libro apasionante escrito por un alpinista, entre fechas y hechos aparecen continuamente los rastros de la cambiante filosofía que acerca al hombre a la montaña, desde el romanticismo de Saussure hasta la mentalidad de Mummery que hace que "En lo sucesivo se va a tratar más de que el alpinista se domine a sí mismo y se supere que de conquistar la montaña." (p. 185)