Ideario 11
25 febrero 1999
…Las montañas, que antaño le parecían un mundo lleno de misterios y emboscadas, se le hacen familiares y amables…
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Quien, bien dotado por la naturaleza, recorre la montaña desde su infancia, realiza centenares de ascensiones, franquea innumerables obstáculos, va adquiriendo paulatinamente un pie más seguro, unos dedos más fuertes, nervios más sólidos, un cuerpo más robusto, una técnica más refinada. De este modo puede alcanzarse un dominio y una experiencia tales que, incluso en ascensiones de la mayor dificultad, domina la situación hasta el punto de no correr ya riesgos importantes y conservar siempre una amplia reserva de fuerza y energía. Las montañas, que antaño le parecían un mundo lleno de misterios y emboscadas, se le hacen familiares y amables. Las paredes que, ayer, reclamaban todo su valor y toda su energía, sólo le ofrecen ya una agradable gimnasia.
Habíamos escalado las cumbres más altas y difíciles de los Alpes; en el estrecho marco de esta cordillera que ya nos había quedado pequeña, no podíamos esperar enfrentarnos a obstáculos superiores. Tal como he escrito ya en otra parte: "Para que vuelva a haber aventura, es necesario que la montaña se erija a la altura de sus conquistadoresÂ".
Lionel Terray.
Los conquistadores de lo Inútil