El día de hoy inició el octavo Festival Inkafest en la ciudad de Huaraz, Perú, al pie de una Cordillera Blanca limpia de nubes pero llena de entusiasmo por las montañas.
Por la mañana, Carlos Rangel presentó una conferencia sobre cómo plasmar la aventura que los montañistas viven dentro de su blog, artículos o libros, para que lo importante llegue al lector: la aventura.
En la tarde comenzó la presentación de las películas del Festival, algunas de las cuales no están participando para ser premiadas.
La primera película fue Aquí estoy, una historia de supervivencia. Un grupo de montañistas argentinos realizaron en el año 1958 el primer ascenso argentino al Ojos del Salado. Antes de llegar a la cumbre, uno de ellos se siente tan mal que decide esperar a sus compañeros, que alcanzan la cumbre y regresan por él, pero ya no lo encuentran. Pensando que decidió bajarse, se van debajo de la montaña pero tampoco lo hallan en ninguno de los campamentos. Agostados, deciden regresar a la ciudad. Su compañero alcanzó una cabaña once días después, solo, con los pies congelados, sin haber comido en 12 días y con muy poca agua para hidratarse.
La voz de las semillas, segunda película en ser proyectada, habla de la mentalidad del pueblo que vive en los Andes y cómo respetan a las semillas que dan las plantas que comen. “Yo creo que son como nosotros y que están vivos y por eso les hablo”. Ese apego a las semillas y a la tierra les hace volverse en contra de los cultivos transgénicos. Una batalla de cultura contra ciencia.
La aventura comenzó con la proyección de la película Trou de Fer, el barranco más difícil del mundo y donde ha habido (hasta el momento de la aparición de la película) 10 muertos en 14 expediciones. La película, impresionante, plasma la dificultad de descender un terreno que no se conoce, pese a llevar ya documentación del barranco.
El día lo cerró Carlos Soria, quien presentó una conferencia en donde “Voy a mostrar que no se debe renunciar los ideales o los sueños sólo por la edad. Lo voy a mostrar, no lo voy a demostrar”.
En su conferencia hizo un recuento de las expediciones que ha realizado desde que tiene 70 años solamente: Gasherbrum, Lhotse, Annapurna, además de otras montañas del Himalaya, en una de las cuales hizo el primer ascenso, pues nadie le había prestado atención por estar cerca del Kangchenjunga. También terminó de ascender las Siete Cumbres y proyectó imágenes del ascenso al Monte Kenya (antes de ir al Kilimanjaro) y al Monte Vinson, en la Antártida, adonde llegó solo porque las personas que lo acompañaban no estaban bien aclimatadas.
Para cerrar su plática tocó dos puntos importantes: la familia y su entrenamiento.
“Tengo las rodillas lastimadas y como quiero que me duren todavía algunos años más, hago esquí de fondo, troto en las colinas y escalo en hielo”. Las imágenes no dejaban duda de que se estaba escuchando a alguien para quien la montaña ha significado mucho desde que a los 14 años se fue de vacaciones con un amigo y descubrió las montañas.
“Y este chaval se la pasaba escalando montañas hasta que encontré a esta chica y ahí se terminó todo. Nos casamos y fabricamos inmediatamente cuatro hijas a quienes les inculcamos el amor por las montañas. Ahora cada quien va a la montaña por su cuenta, pero tengo el orgullo de decir que éste es mi logro más importante como montañista: inculcarles ese gusto por la montaña”.
En una charla amena y que no dejaba respirar a los asistentes, Carlos pasaba de declaraciones serias a burlarse de sí mismo. “Con mi familia fuimos haciendo montañas cada vez más interesantes, como el Cervino. Ese de ahí soy yo. Ahí sí que tenía hombros y ahora no tengo ni mierda”.
El aplauso fue unánime y prolongado cuando Carlos Soria terminó su presentación. Los autógrafos y las fotografías se sucedieron a continuación y así hubiera seguido de no ser porque Carlos tenía que salir en avión de Huaraz rumbo a Lima porque el día 2 de septiembre partirá hacia Nepal con el objetivo de escalar el Dhaulagiri, uno de los tres ochomiles que le faltan para completar las 14 cimas más altas del mundo.
Carlos Soria, un hombre de estatura pequeña, es, sin duda, un gigante que es muy sencillo y habla a los demás como sus iguales y el Inkafest fue un éxito sólo con su presencia.
El día de mañana, 29 de agosto, el Inkafest continuará con proyecciones de películas y seguirá siendo interesante porque estará en pantalla la película Cold, de Cory Richards, y Kukuczka, de Jerzy Jerzy Porebski, entre otras más.
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