La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio.
Proverbio persa
Lo que estamos viendo es único. Cada rostro con que nos encontramos es un rostro que probablemente no volveremos a ver. Y por ello, cuando hay uno que nos complace en especial, aprovechamos la ocasión y nos detenemos a admirarlo.
Alain Guigny
Que este deporte, que demanda tan grande fuerza de espíritu, llegue a ser una gran lección de vida desarrollando en todos ustedes todas las virtudes humanas y abriendo nuevos horizontes a la vocación humana.
Jan P.
Sudamos profusamente, vocifero mucho, Babeth llora con facilidad, echamos el bofe aparentemente por nada. Pero al final del esfuerzo, en el interior de la selva, en el corazón de los desiertos, en lo alto de las montañas, nos esperan sonrisas, lecciones de hospitalidad a recibir y sobre todo, recompensa permanente, ¡está la naturaleza!
Alain Guigny
Un paisaje es lo que vemos delante de nuestra mirada, y en el caso de un alpinista, un paisaje es un horizonte de montañas a las que aspiras subir.
Juan Manuel Maestre Carbonell
Decididamente, cuanto más largos son los viajes, menos gente hay en la línea de llegada.
Alain Guigny
Si quieres que te aprecien, muere durante un viaje.
Proverbio persa
Para nosotros, la felicidad es sencilla. Basta con tener un buen techo de tela, un saco para dormir, un par de calzoncillos largos de lana, un pasamontañas, un arroyo de agua potable, una caja de cerillas, madera seca, fideos y una cacerola. Cuando uno puede beber, comer y estar resguardado en terreno seco, la felicidad se instala en él.
Alain Guigny
Como en la Patagonia, en el Brasil interior, en la Tierra del Fuego, uno no es aquí un turista, sino un viajero o forastero, y para los niños el tío o la tía.
Alain Guigny
Hemos adquirido la costumbre de hablar con todo el mundo, de dirigir la palabra a nuestros vecinos. Al viajar me doy cuenta de que en Francia nos estamos muriendo de aburrimiento, cada uno en su rincón, sumido en sus silencios y sus bloqueos. Somos cincuenta y cuatro millones de franceses que nos ignoramos, nos hablamos con brusquedad, estamos separados por jerarquías, por primeras y segundas clases, encajonados en nuestro chovinismo provinciano y sumidos en una mezcla de orgullo y de timidez.
Alain Guigny