Fisioterapia en deportes de montaña y escalada
23 diciembre 2012
Es un libro breve pero el lector puede aprender mucho sobre las lesiones deportivas y cómo cuidarse para lograr una pronta recuperación. Lo importante es tener esa información pero no para suplir al médico, sino para tener una mejor rehabilitación.
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Jorge Rodrigo Rodríguez. Fisioterapia en deportes de montaña y escalada. Desnivel, Madrid. 2011. 96 páginas. ISBN: 978-84-9829-239-8
Ahora todo mundo sabe que hacer deporte o al menos ejercicio conduce a una vida con mayor calidad. Lo que casi todo mundo ignora es lo que se debe hacer cuando se tiene una lesión en el deporte. Incluso los remedios más ancestrales, como aplicar calor, frío o masaje, deben tener una intención y un método para que surta efecto como paliativo y regenerativo.
Fisioterapia en deportes de montaña y escalada pretende cubrir los temas más importantes de las lesiones deportivas y cómo tratarlas (sobre todo esto último). Pese a sus escasas páginas, es un libro que hay que leer con detenimiento para comprender lo que se dice sin confundirse con otro remedio.
Lo que el autor pretende es hacer consciente al lector de todas las modalidades que se pueden aplicar a un tratamiento de lesiones deportivas y que, al estar más informado, pueda actuar en consecuencia. No trata de suplir a los fisioterapeutas ni a los médicos.
Se recomienda leer los primeros tres capítulos del libro, que son los que marcan el cómo funciona la fisioterapia. El resto del libro se puede leer según el gusto o la necesidad porque se trata de lesiones específicas de cierta parte del cuerpo.
Para muchos puede parecer aburrido, pero se trata de otra parte más de la formación integral de los montañistas y escaladores. Lo que no encontré en el libro (y me pareció extraño) fue la frase que todos los fisioterapeutas y médicos dicen cuando se inicia un tratamiento: “No lo abandones en cuanto te sientas un poco mejor. Termínalo.”
Como observación, cuando el autor habla de masaje deportivo, dice “…es conveniente además, realizar las maniobras de la zona más distal a la más proximal” (p. 25). Quizá olvidó que la mayoría de los hombres tenemos vello en las piernas (y no nos depilamos) y que esa maniobra sería dolorosa realizada en ese sentido (en sentido opuesto al crecimiento del vello).