Me duelen los dedos, me duelen los brazos, me duele la espalda, me duelen los pies y la cara de tanto sonreír... ¡así es escalar!
Erick Cisneros
Si vieran las caras que tienen cuando terminan las salidas: cansados, a punto de caer dormidos, hambrientos y arañados, pero aún debajo de todo eso se ve la felicidad.
Oscar Almaraz
Todo lo que hacemos tiene un elemento de riesgo. La gente muere al levantarse de la cama. De hecho, la mayoría de la gente muere en la cama. Así que no soy quién diga que la escalada solitaria en libre es demasiado peligrosa. Es una cosa personal y no está sujeta al juicio todopoderoso de cualquiera. La persona que hace este tipo de juicios no está a salvo tampoco.
Ray Jardine
Me parecía injuriar a esta naturaleza sublime compararla con algo diferente a ella misma.
De Saussure
…esas cimas preceden toda vida y están más allá de toda vida.
Goethe
Sobre los montes salvajes una especie de inmovilidad austera prolonga el tiempo y engrandece el pensamiento.
Étienne Pivert de Senancour
Sólo juega el hombre cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra, y sólo es plenamente hombre cuando juega.
Frederich Schiller
Se ha dicho que el alpinismo es libre y creativo. Es decir, por un lado, que necesita un territorio donde pueda ejercer esa libertad, fuera de restricciones, de controles, de los caminos trillados. Y, por otro, donde pueda innovarse, no imitar ni repetir, ir más allá de otro modo. Quizás el origen de este impulso debamos buscarlo en el fondo del espíritu del hombre, en el carácter complejo de nuestra propia naturaleza.
Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro
Buscando coordinar los elementos del vasto conjunto de caracteres por los cuales la mano del tiempo ha grabado la historia del globo sobre su superficie, se ha hallado que las montañas son las letras mayúsculas de este inmenso manuscrito, y que cada sistema de montañas encierra un capítulo.
Élie de Beaumont
Amaba la montaña por sí misma… hasta el musgo amarillo o verde que crece en la roca, hasta la piedra que brilla en medio del césped.
Eliseo Reclus