La montaña más alta de América yergue su cumbre a 6,956 metros sobre el nivel del mar. Aunque no es poca la gente que sube y pareciera que no hay nada nuevo qué hacer, la apertura de una nueva ruta en febrero de este año es una muestra. Pero más recientemente, un francés, François Bon, subió a la cumbre y decidió bajar por la cara sur en un descenso ultrarápido usando esquíes y un parapente pequeño que logra una combinación de alta velocidad y un gran control.

El descenso de los tres mil metros de la pared sur lo logró en 4 minutos y 50 segundos.

François es el especialista más importante en este tipo de descensos. Ya ha bajado por el Mont Blanc y las caras Oeste y Norte, la famosa Eigerwand.