A nuestra redacción llegó el siguiente correo electrónico:
Somos un grupo de aficionados al montañismo, que el día 25 de noviembre fuimos asaltados por seis sujetos que portaban armas de fuego (escopetas), en Loma Larga, en el Iztaccíhuatl. Afortunadamente sólo nos despojaron del equipo y sólo ocasionaron heridas leves.
Por este medio quisiera su apoyo para alertar a los hermanos montañistas de estos asaltos en el Izta.
Sabemos de la organización para el semáforo de alerta y peligrosidad y quisiéramos alertar de esto.
Somos estudiantes de la UAM Iztapalapa, indignados por lo ocurrido en el refugio pasional, que es la montaña. Queremos alertar y seguir la vía legal para que estos individuos paguen por lo que ha ocurrido.
Lamentablemente, nuestra declaración en el Ministerio Público no fue escuchada y tememos cierta complicidad tanto de la policía municipal como de la policía estatal y el MP de Amecameca.
Buscamos alguna orientación legal. ¿Pueden ayudarnos?
Sabemos de más asaltos a los montañistas y buscamos el real esclarecimiento del asalto al Telapón.
Gracias
atentamente
Gilberto Linderos Martínez
A pesar de no tener más especificaciones que la mera dirección de correo electrónico, se trata de una denuncia clara. Como habíamos comentado en el caso del Telapón del 27 de agosto, el asalto a mano armada no debía considerarse un hecho aislado, sino la continuación de asaltos esparcidos, ahora a gran escala. La gente armada tiene en su poder el miedo, las pertenencias, la integridad y la vida de las personas a quienes elige como víctimas.
¿Y ahora qué? Es una pregunta que muchos se hacen. Todos quisiéramos tener un ambiente más sano socialmente para practicar nuestras actividades en montaña. ¿Debemos huir de cada uno de los lugares en los que se produzcan eventos de este tipo? Sin duda, lo más recomendable es no asistir, pero algo que no deja de darnos rabia es que los espacios libres son cada vez menos en cantidad y cada vez más frecuentados.
¿Qué hacer? Debería ser una lucha en la que la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada y los directivos del Parque Nacional Izta-Popo y Zoquiapan, tomaran la rienda para solucionarla. Pero la lucha no puede dejársele a alguien pensando en que con señalar basta. Es preciso que cada persona participe y gaste tiempo en esto. Generalmente el tiempo que no tiene un objetivo logrado de inmediato se ve como tiempo perdido, así que a todos les parecerá mucho tiempo. Yo no lo veo como gasto de tiempo, sino como inversión en seguridad.
Desafortunadamente, no podemos hacer más que dirigir a toda persona que vaya a la zona que tenga mucho cuidado. Y a los agraviados, insistirles en que el Ministerio Público tiene la obligación de hacerles caso y levantar el acta correspondiente. Puede uno asistirse de abogados pero solos se sentirán perdidos. Creemos que el Parque Nacional y la Federación puede escucharlos y atenderlos porque es de su competencia y porque están interesados en resolver la seguridad.
Esta noticia la verán cientos, miles de personas. Una mancha más con semáforo al mapa del país y nuevamente en el Estado de México.
