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Montañismo y Exploración
Expedición al Nilo Azul
15 febrero 2004


Una expedición organizada por National Geographic se dirige a las montañas de Etiopía con el fin de realiza el primer recorrido por el Nilo Azul íntegro. A lo largo de su viaje, se encuentra una Etiopía que sólo se conoce cuando se vive en ella.







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Virginia Morell. Expedición al Nilo Azul. El río de la magia y el misterio. National Geographic Adventure Press-RBA, Barcelona. 2001. 318 páginas. ISBN: 84-8298-218-4

Dispone de todos los medios para echar a los intrusos y está vigilando, como el Hades de la mitología, por seres que pueden ser desde dragones hasta insectos y que van a matarte. Lo inesperado podrá contigo..

Consejo de un alemán a Kuno Steuben,
viajero solitario del Nilo Azul, en 1959,


El Nilo es el segundo río más largo y caudaloso del mundo y cuando comenzaron a buscarse las fuentes de esta masa de agua moviéndose desde algún lugar hacia el sur de Egipto, se encontró que el río se dividía en dos: el Nilo Blanco y el Nilo Azul. El Nilo Blanco resultó ser el más largo de los dos, pero "85% del agua y el sedimento que llegan a Egipto son transportados por el Nilo Azul." (p. 32)

Un equipo de National Geographic se dirige al Nilo Azul con la intención de recorrerlo desde "...las cataratas de Tis Isat ("humo de fuego"), donde se puede decir que el Nilo Azul empieza propiamente su viaje." (p. 11) Nadie lo ha recorrido en su totalidad hasta entonces y el grupo se reuniría

"...a orillas del lago Tana, donde el Nilo Azul inicia verdaderamente los 900 kilómetros de recorrido hasta Sudán. En septiembre finaliza la estación de las lluvias en Etiopía, durante la cual el cielo descarga más de 9,000 milímetros de agua. El tramo superior de la garganta iba a estar en su nivel más alto y, en consecuencia, sería imposible descenderlo en balsa. Empezaríamos pasado ese punto." (p. 16)

Un mes después, las tres balsas con los expedicionarios aparecen en la frontera de Etiopía con Sudán. Habían terminado el viaje. "Habéis hecho un viaje precioso "me dijo un tigré que comerciaba con oro". Es algo famoso de Etiopía. Pero seguro que ha sido muy duro. «No, no mucho, la verdad», le contesté." (p. 302)

Y es verdad. A pesar de dos capítulos extremadamente interesantes donde se traza un ligero pero nutritivo de las exploraciones del río, sobre todo de la época contemporánea, cuando se intentaba navegar el río aguas abajo, no se aprecia una sola dificultad en todo el recorrido y tan sólo una sección de rápidos donde el mayor elogio es: "Bueno, si éste era el peor según Arne Rubín creo que todo saldrá bien. Ha sido muy divertido" (p. 252)

Pero si no hay una descripción de lo que es la aventura de bajar el río, lo que sí es muy valioso es la cantidad de impresiones que se dan acerca de Etiopía, algunos muy al estilo de B. Traven:

"Los ferenjocch [extranjeros, principalmente de piel blanca] se comportaban a menudo de una forma inexplicable, como, por ejemplo, recorriendo a pie largas distancias por zonas abruptas y peligrosas, cuando tenían suficiente dinero no sólo para comprar coches, sino también para asfaltar las carreteras donde querían pasar. La gente sensata no emprendía un largo viaje por una garganta con malaria y bandidos, pero los ferenjocch eran como niños malcriados, con tendencia a los caprichos, y no había forma de disuadirlos." (p. 115)

Esto no impide que los mismos etíopes muestren algo que es importante tener en cuenta:

"«Bueno..., nos gusta que vengan los turistas a ver las cosas, pero... preferimos que no se queden», dijo [Zelalem] tratando de encontrar una manera amable de expresar la xenofobia de sus compatriotas." (p. 227)

En muchas ocasiones, la autor habla de que el río ha sido una fortaleza para Etiopía: "Los italianos... bombardearon este lugar [en 1935]. Sin embargo, nunca nos vencieron. ¿Por qué? Ellos tenían el poder de las bombas, pero nosotros teníamos un poder mayor: el Abbai [El Nilo Azul]" (p. 11) Con este tipo de afirmaciones, uno pensaría que el río es una fortaleza inexpugnable, pero no sería cierto, pues encuentran a mucha gente que se transporta por él:

"Entonces llegó otro hombre al campamento, pero éste apareció por la dirección opuesta. Acababa de cruzar el río, lo cual nos dejó impresionados. Allí el Nilo Azul era ancho y fluía veloz a través de pequeños rápidos y cocodrilos." (p. 203)

Como toda expedición, ésta tiene sus problemas internos y al final del viaje la autora confiesa: "Antes del viaje nos imaginamos que los mayores problemas se deberían a los shifta, a los cocodrilos, la malaria y los rápidos. Sin embargo, la verdadera dificultad a la que nos enfrentábamos era la convivencia." (p. 276)

Las discrepancias llegaron a tal punto que declara: "Nadie había escogido a los compañeros de viaje; el destino nos había reunido. Habíamos tratado de llevarnos lo mejor posible, pero me sentí aliviada ante la perspectiva de separarnos y de saber que lo de viajar juntos no era para toda la vida." (p. 303)

El libro es una buena fuente de información si se quiere conocer Etiopía, pero uno se siente más como un turista llevado por guías a lo largo del río. El artículo sobre el viaje puede encontrarse en National Geographic en español, Diciembre de 2000, bajo el título "El Nilo Azul, aguas sagradas de Etiopía"



 



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