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Montañismo y Exploración
El Cerro Blanco

El Peñón Blanco de Covadonga, ofrece, como dijera hace años, Eduardo Mosqueda, excelentes oportunidades para la apertura de rutas. Carlos García realiza en diciembre de 2000 una vía más: Irritilas (







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Esta es una breve reseña acerca de las bellas tierras y gente de los Estados de Durango y Coahuila, México. Lugar desértico con amaneceres y atardeceres multicolores y de incomparable belleza.

Después de la grata experiencia en las altas montañas de Pakistn, surge la motivación de escalar una pared en México. Ya había escuchado hace muchos años acerca de un Peñón de granito cerca de la línea divisora del Estado de Durango y Coahuila. Gracias a los datos que me proporcionó Jorge Hermosillo y su esposa Carmen, fui organizando est expedición que al final fue de dos personas, Jorge Colín y un servidor.

Lo primero a realizar antes de marchar, fue entrar en contacto con un par de chicos. Luis Martínez de 26 años originario de Cuencamé, Durango y Roberto Nahle de 32 años originario de Torreón, Coahuila. Roberto ha impulsado el desarrollo de la escalada en roca en estos dos Estados. Ellos fungieron de guías y nos facilitaron todo lo referente a hospedaje, transporte y datos del lugar.

La salida rumbo al macizo del Peñón Blanco mejor conocido como "Cerro Blanco", fue casi de sorpresa, ya que el tiempo seguía pasando y el invierno comenzaba hacer de las suyas con una serie de frentes fríos y yo aún no tenía con quien escalar. Muchos de los escaladores en México no tienen experiencia en gran pared, en el uso de equipo de grieta y no estn dispuestos a sacrificar sus bienes. Por lo mismo mis opciones de hacer cordada con alguien estn muy reducidas. Haciendo memoria de quien se aventuraría, surgió Jorge; un chico que recientemente había superado la prueba de escalar en solitario una vía mítica en "El Trono Blanco", al comentarle el proyecto no titubeó y nos organizamos con todo lo pertinente.

La bienvenida

Partimos por la madrugada en coche, dirección Cuencamé. Después de manejar 10 horas arribamos al pueblo. Lo primero que vimos al llegar fue un arco que da la bienvenida a Cuencamé, "Tierra de Generales" y así es, ya que de ahí han surgido ms de 20 generales importantes dentro de la historia nacional. Este pueblo cuenta con una población de 2,000 habitantes y tiene ms de 400 años de haber sido fundado. La gente es muy cordial y muy activa; sus calles son estrechas y se ven personas caminar por todos lados. Algunos de los productos típicos de la región son los cacahuates, nueces, el queso asadero y sus famosas gorditas de harina de maíz.

En una de sus calles, por casualidad nos encontramos con Luis. Después de la presentación formal, nos invitó a comer las famosas gorditas. Nos dimos un atracón hasta casi reventar. Mientras tanto no paramos de platicar y de ponernos al tanto de la región. Con cierta tristeza escuchamos que la cacería se practica por estos lares, cazan el famoso venado cola blanca, jabalí, codorniz, zorra y liebre. También abundan coyote, tlacoache, puma, hurón, tejón, cascabel, coralillo, alacrn, topos, halcón, auras y muchos ms. Gran parte de la flora la componen arbustos, cactceas y rboles bajos. Esto hace de la zona rica en flora y fauna.

Revisamos por última vez los artículos de los que nos valimos para realizar el ascenso; ya que no queremos cargar de ms. Cerca de las 11.00 p.m. junto con Francisco, amigo de Luis, subimos todas las cosas y emprendimos el camino rumbo al Cerro Blanco.

Tomamos la carretera que lleva a la ciudad de Durango hasta llegar a Yerbanís, donde parte una brecha que lleva al pueblo del Peñón Blanco. La brecha sigue y cruza dos ríos, donde por poco se nos atasca la camioneta; continuamos hasta la pequeña población de Nuevo Covadonga; que cuenta con 400 habitantes que en su mayoría se dedica a la agricultura. A un par de kilómetros se desprende otro camino que va hacia el norte. Durante el camino iba cabeceando el cristal de la camioneta y de repente abría los ojos intentando ver algo en la oscuridad.

Hicimos un alto sobre la carretera de aproximación al Cerro Blanco. De repente Paco saca un potente faro y lo proyecta sobre las colinas y Luis apunta con su mirador telescópico de su rifle; con la esperanza de visualizar algún venado o jabalí. Por suerte no vieron nada, continuamos y nos desviamos en una pequeña brecha hacia la derecha con dirección al este hasta llegar a dos enormes encinas que indican el fin del camino.

Entre sueños, agradecemos a los amigos y nos despedimos de ellos. Rpidamente colocamos la tienda y nos metemos a descansar. Por la mañana, la primer impresión es fantstica, los rboles con sus enormes brazos en forma de arco dejan entrever el enorme promontorio de granito, los dos exclamamos con un grito de júbilo.

Primer contacto

Cerca del medio día decidimos emprender el acercamiento a la base de la pared, cargamos con un poco de material nuestras mochilas. De acuerdo con los datos y por lo que se ve desde el campo base hay que librar un collado y un pequeño caos de rocas para alcanzar una planicie; una vez ahí se devela la cara sur con sus varias cumbres independientes. Enormes adherencias de roca granítica se estiran hasta alcanzar hasta 400 metros de recorrido. Esquivamos arbustos espinosos que se aferran a la ropa pero no te libras de los pequeños rasguños cuando apenas y los tocas. Descansamos debajo de un enorme bloque de roca; nos refugiamos del fuerte sol y observamos con suma alegría la ruta que pensamos ascender.

El talud que se interpone para llegar a la base est lleno de arbustos y placas de roca adherente. Nos tomó cerca de una hora localizar el camino y llegar a la base de la ruta. En este punto se observa la enorme roca "Piedra Partida" y mucho ms abajo, los pueblos de Covadonga y Peñón Blanco. Muy motivados, contemplamos la belleza del desierto y con enorme gusto emprendemos el regreso hasta el campamento.

Después de una buena alimentación comentamos la estrategia a seguir para el siguiente día. Cerca de media noche y entre sueños escucho un motor que se acerca a nuestro campamento. Es Roberto, quien ha venido a pasar un día con nosotros.

Por la mañana preparamos un café y comenzamos hablar sobre las rutas de la zona. Según Roberto unos estadounidenses intentaron la cumbre oeste, mas no concuerdan los datos que ellos dan y por lo tanto no est confirmado este ascenso. En cambio, él ha abierto una ruta que llega a la cumbre este con diez largos de cuerda de fcil acceso. Hay otro par de rutas abiertas por el Club de Exploraciones de México que discurren por la misma cara este y otras dos rutas ms que no han pasado del intento.

Mientras preparamos los costales con agua, equipo, portarepisas y ropa, Roberto nos dice que este lugar cuenta con un potencial enorme para la escalada de aventura y deportiva. Hay grandes bloques y demasiada roca que escalar. Muy pesados, comenzamos de nueva cuenta el acercamiento a la base, esta vez por el camino correcto ya que Roberto nos guiar hasta Piedra Partida.

Una probadita

Un enorme bloque de roca rebanado a la perfección en dos piezas, es lo que llaman "Piedra Partida". Un bloque mgico. Por uno de sus lados cuenta con unos pictogramas que, según cuentan, han sido plasmados por huicholes o irritilas, indígenas de la región. Hasta ahí nos acompañó Roberto ya que tenía que regresar a Torreón. A poco de retirarse, dos cazadores se acercan con nosotros y nos hacen una serie de preguntas. Ellos andan en busca de liebres o cualquier animal que sea comestible y vienen desde Covadonga caminando. No entienden como es que estamos ahí y mucho menos que vamos a subir el "Cerro". Se despiden y continuamos el penoso ascenso a la base.

Un precioso atardecer, los últimos rayos de sol se proyectan sobre la roca dando un aspecto rosa y las nubes se tiñen de rojo y naranja. Una parvada de golondrinas realizan la danza del ocaso y se introducen con suma velocidad a su morada. Las pocas luces de kilómetros abajo, revelan los pequeños poblados. Es momento de montar la hamaca para pernoctar y disfrutar de las estrellas y sonidos de la noche.

Los primeros rayos del sol anuncian un día caluroso así que comenzamos a organizar el equipo y el pesado "marrano" que subiremos a cuestas. Jorge comienza el primer largo, mientras intento sintonizar alguna estación con el radio de onda corta. Sube 45 metros y se encuentra con una reunión. La incertidumbre hace de las suyas y las preguntas no se hacen esperar. ¿Ser la que intentaron hace mucho tiempo otros escaladores? Efectivamente, se trata de un intento de apertura y esperamos ver otras reuniones ms. Jorge iza el costal y lo relevo en la punta.

Los dos primeros largos discurren sobre grietas que se abren y cierran caprichosamente, por lo que tenemos que utilizar equipo de fisura y colocar alguna plaqueta. La segunda reunión est sobre una repisa que la hace confortable para dar unos cuantos pasos. Una grieta paralela a quince metros ms a la derecha indica la ruta que siguió la otra cordada. El sol pega tan fuerte que tenemos que refugiarnos detrs del costal.

El primer vivac en pared y los nimos estn en lo alto. Jorge aprovecha para escalar unos metros ms y poco después baja para disfrutar de una comida fría. De nueva cuenta nos sentamos a disfrutar de la puesta del sol. No dejamos de sentir la energía que irradia este lugar. Conforme tomamos altura las colinas y montañas revelan formas indescriptibles.

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