17. Betty Asbun
Hola Marco Antonio Torres:
Pues yo te platico mi historia para que veas que si se puede. Yo caà en este rollo por culpa de mi novio.. ¡Yuno! La historia empieza asÃ:
Ã?l ya habÃa tomado el curso básico de escalada en roca un año antes de conocerme y resulta que en ocasiones me decÃa que nos fuéramos de fin de semana a acampar para que viera de que se trataba ese rollo. ¡Uf! Yo ir al campo y no tener un baño donde poder lavarme los dientes... ¡No! (Pobre... ¡no sabÃa lo que decÃa!)
En fin, después de 2 o 3 ocasiones, en que en realidad no lo pude acompañar o no querÃa acompañarlo, me animé y fui. El primer dÃa toda sacada de onda de no saber ni cómo poner una tienda de campaña. Todo el dÃa fue fijarme como subÃan piedras. Me emocionaba, gritaban: "¡Tensa!", "¡Dame cuerda!", etc. En fin, bastante interesante.
Desde el principio me dijeron: "Al rato le intentas tú para que veas que padre experiencia" y mientras unos escalaban otros me enseñaban algunas cosas básicas como el nudo, el arnés, etc. Por X, Y o Z, ése dÃa no encontraron ninguna ruta facilita para que subiera, asà que frustrada me dormà temprano.
Al dÃa siguiente, después de otra clase de introducción y ansiosa por saber ya que se sentÃa, me pusieron arnés, zapatos, magnesia y en yoyo a subir una ruta.
Bajé feliz, emocionada, nerviosa, etc., y pues el resultado es que sigo aquà subiendo rocas. Asà que en ti está mucho el que tu esposa se anime a conocer o disfrutar contigo tus pasatiempos. Quien sabe... igual y tienes la misma suerte que Yuno, ¿no?
18. Federico Barceló
Hola, ahora yo me encuentro en la situación de intentar integrar al montanismo dentro de mi nueva vida matrimonial. A mi esposa le encanta la naturaleza, y eso ayuda mucho, pero tiene un gran problema, pues el sol le causa grandes molestias.
El problema es que hay que comenzar a integrarla al montañismo poco a poco. A mà me encantarÃa que me pudiera acompañar a una excursión de 5 dÃas por la sierra norte de Puebla, o subir la Peña de Bernal juntos, pero por ahora apenas empezamos a salir en bici de montaña, y algún fin de semana, a acampar realizando sólo ligeras caminatas.
Creo que lo importante es como lo han dicho, que se dé cuenta lo importante que es para uno realizar estas actividades y poco a poco (en este caso) ella comenzara a encontrarle el gusto y se dará cuenta de lo formativo que es realizarlas.
Poder compartir todo lo hermoso que la naturaleza nos puede ofrecer nos une aun más.
El hombre y la mujer que van a la montaña siempre se ven como personas que hacen deporte, pero pocas veces como aquellos que tienen relaciones afectivas. ¿Qué pasa con aquellos que tienen pareja y que pueden llegar a enfrentarse con la decisión de practicar el deporte o dejar a la pareja? 
