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Montañismo y Exploración
Ascenso al Cho Oyu
15 noviembre 2000

En la mañana del siguiente día tuvimos una vista espectacular, las montañas adyacentes al Cho Oyu quedaban poco a poco debajo y la cumbre más cercana. También vimos el camino hacia el campamento tres, una inclinada pendiente expuesta al peligro de avalanchas. Desde aquí confirmamos nuestras sospechas: cerca del campamento se habían producido dos avalanchas y el lugar no era cien por ciento seguro.







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La primera parte de la expedición fue la más larga porque había durado un año. Habíamos iniciado con la búsqueda de una expedición ya formada a la que pudiéramos integrarnos, reunir el equipo especializado de alta montaña, realizar entrenamientos en la ciudad y en las montañas de México y lo más pesado: tocar puertas para conseguir el dinero. Patrocinadores, familiares y amigos, impartimos cursos de capacitación en horas extra que inventábamos, la venta de playeras alusivas al evento e incluso la venta de nuestro automóvil y otros objetos apreciados por nosotros. Y además continuábamos con nuestras actividades laborales pero siempre dábamos el mejor esfuerzo.

Pero esta primera parte había quedado atrás y el día 24 de agosto de 2000 partimos hacia el Himalaya. Nuestro objetivo: escalar el Cho Oyu, la sexta montaña más alta del mundo, con 8,201 metros, sin uso de oxígeno adicional. Además, lo queríamos hacer como pareja y no individualmente. Nuestra expedición se llama: "Badía y Mauricio... Una pareja en ascenso"

Tras 36 horas de vuelo y tres transbordos de avión, llegamos a Kathmandú. Como el acercamiento a la montaña lo haríamos por el Tibet (China), y teníamos que entrar y salir de nuevo de Nepal, tuvimos que pagar 140 dólares por la visa de entrada y salida. En el aeropuerto nos esperaba una persona de la expedición, quien nos llevó al hotel "Nirvana Garden", en el barrio de Thamel, a bordo de camioneta con todo y nuestro voluminoso y pesado equipaje. Ahí encontramos a los demás miembros de la expedición.

Nos recibió y dio la bienvenida Tom Richardson, el líder de la expedición. Por la noche tuvimos una reunión en donde conocimos al resto de los expedicionarios y a los sherpas. íramos seis: Hamas, de Inglaterra; Louis, de Holanda; Michael, de Hawai; Mary Pierre, de Francia, y nosotros, Badía y Mauricio, mexicanos. Los sherpas serían Phenden, Nima y Pemba, más un cocinero y un ayudante de cocinero. Michael y Mary Pierre no habían llegado a Kathmandú aún por lo que la salida a la montaña se retrasaría. Esos días los aprovechamos para realizar las últimas compras y adaptarnos al cambio de horario.

El 29 de agosto a las 6:30, llegó por nosotros un camión y luego se dirigió a otro hotel para recoger a otra expedición compuesta de cinco escaladores (dos ingleses, un canadiense, un venezolano y un estadunidense), tres sherpas, un cocinero y dos ayudantes de cocina, además del líder de esa expedición: Henry Todd, reconocido escalador. Después nos enteraríamos que se unieron a nosotros por cuestiones prácticas y económicas.

En camino, al fin

Partimos rumbo al poblado de Kodari, aproximadamente 100 km de Kathmandu. La carretera era de doble sentido y muy angosta que estaba más interrumpida por arroyos y deslaves causados por lo escarpado de las montañas y el monzón (estación de lluvias) así que varias veces bajamos del camión para cruzar caminando al otro lado y tomar un camión diferente hasta llegar a la frontera con el Tibet a 2,300 msnm. Al llegar a Kodari, los líderes de las expediciones contrataron porteadores para cruzar la frontera y llevar las aproximadamente siete toneladas de carga de la expedición hasta el poblado tibetano Sagnum, ya que la carretera estaba completamente destruida por los deslaves.

El gobierno de China no permite un arribo directo al denominado "campamento base chino" y por ello es necesario dormir cuando menos una noche en los poblados de Sagnum y en los siguientes Nyalam y Tingri. Esta situación tiene dos resultados finales: la aclimatación y que exista un mayor ingreso económico en cada poblado en donde llega todo el turismo, así que pasamos nuestra primera noche en China en Sagnum e iniciamos así nuestra aclimatación de altura.

Dormimos una noche en Nyalam y dos en Tingri a 3,800 y 4,200 metros. Antes pasamos en jeep por el collado de Langma La a 5,100 metros, desde donde tuvimos una magnifica vista de la cordillera de los Himalayas. De Tingri nos dirigimos en jeep al campamento base chino a 4,500 metros, donde las autoridades tienen instalado un puesto de control provisional para revisar permisos, pasaportes, coordinar la renta de yaks y el transporte de regreso a Katmandú. En este lugar pasamos la noche ya en las tiendas de campaña y realizamos una caminata en los alrededores hasta alcanzar los 5,000 metros.

Campamento base

Después del "campamento base chino" nos dirigimos al campamento base avanzado (CBA). Cruzamos un río y varios arroyos y salíamos del agua con las piernas rojas por el frío del agua que nos llegaba a la cintura con una fuerte velocidad. El CBA se encuentra a dos días de distancia por lo que hicimos un campamento intermedio y el día cinco de septiembre llegamos a lo que sería nuestro hogar por un mes: el Campamento Base Avanzado. Aquí, Badía ya presentaba gripe y yo una fuerte infección en la garganta y con fiebre, así que mientras todos realizaban un primer entrenamiento de aclimatación llegando al Campamento Uno (C1, 6,400 metros) para luego regresar al CBA, nosotros descansamos dos días.

La vida en el CBA era un tanto sencilla. A las siete de la mañana pasaban los ayudantes de cocina a cada una de las tiendas a ofrecer té caliente. Luego íbamos a la tienda comedor a desayunar. El menú era variado: huevo, hot cakes, cereal de avena, arroz con leche, pan de caja, mermelada, leche, té, café o agua caliente con saborizante en polvo. Disponíamos de tiempo libre para realizar nuestras actividades como arreglar nuestro equipo, mejorar el lugar donde estaba la tienda, visitar a otras expediciones o hacer una pequeña caminata por los alrededores. A la una de la tarde nos llamaban para tomar el almuerzo: papas cocidas, carne enlatada, pastas, frijoles con sabor dulce, verduras cocidas. Como la expedición era inglesa, el obligatorio té de las cinco y, finalmente, la cena a las siete de la noche, donde generalmente hacíamos sobremesa hasta las nueve de la noche. Los alimentos en esta hora iniciaban con una sopa caliente, palomitas y variaba el menú entre tortillas de harina fritas, carne enlatada, papas cocidas, garbanzos, lentejas, arroz y empanadas.

A su regreso del C1, Tom nuestro líder nos preguntó si estábamos recuperados para poder llevar carga y dormir en el campamento uno, de lo contrario podríamos dormir en una tienda que habían instalado a la mitad del camino. Cada carga representaba un promedio entre ocho y doce kilos de peso.

También nos comentó que al día siguiente se realizaría la ceremonia denominada Pooja. ísta es organizada por los sherpas y el sirdar (el jefe de los sherpas) y consistió en levantar un altar donde colocaron un mástil con las banderas de Nepal y el Tibet con oraciones budistas, comida y flor de rodondedro. Los sherpas y el sirdar rezaron a los Dioses de la montaña para que no se molestaran y nos permitieran llegar a la cima y regresar con bien, no sólo por ellos, sino también como un ejemplo para toda la humanidad por nosotros, sus sahaibs.

La ceremonia duró aproximadamente 90 minutos y al finalizar los sherpas nos colocaron un fino lazo de estambre de color amarillo anudado, símbolo de la magnanimidad divina. También desplegaron banderas con oraciones budistas a los cuatro puntos cardinales, desde el altar, abarcando toda el área donde se encontraba el CBA a manera de bendición.

Campamento uno

Al día siguiente todos nos dirigimos al campamento uno. Debíamos caminar dos horas en el glaciar del pie de la montaña, cruzando arroyos y grietas hasta llegar a la base de una empinada cuesta de aproximadamente 400 metros de desnivel, que ascendimos en tres horas hasta llegar a la tienda de campaña, donde pasamos la noche. La primera noche en este campamento fue el preámbulo de lo que sería dormir en los campamentos superiores pues la baja temperatura y el escaso oxígeno no evitaron un descanso profundo y continuo. Michael y Louis decidieron dormir una noche más en el C1 y los demás bajamos al CBA, donde descansamos dos días.

Aprovechamos este descanso para preparar la comida que utilizaríamos en los campamentos superiores: sopas instantáneas (pastas, jitomate, hongos) y dos tipos de guisados, unos deshidratados (pasta con frijoles en salsa de chili, albóndigas con pasta y verduras) y otros que únicamente se metían en agua caliente con todo y empaque (salchichas con chícharos, cuadritos de pollo en pipián). También alistamos el equipo de escalada que utilizaríamos en las cuerdas fijas: ascensor, piolet, descensor, crampones, etc., y nuestra ropa más abrigadora: chamarras de pluma, guantes más gruesos, balaclavas, trajes de tormenta, botas dobles, etc. El plan fue llevar todo nuestro equipo hasta la mitad del camino del campamento uno, regresar a dormir al CBA y luego recoger el equipo en la mitad del camino y subirlo hasta el campo uno. Esto nos tomó dos días.

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