A pesar de que se ha dicho lo contrario, con millones de ojos de todo el mundo mirando, las olimpiadas siempre han tenido un sesgo político muy marcado. Esta ocasión, el gesto político corresponde al Tíbet pero hubiera pasado casi inadvertido si no es por las prohibiciones que China pusiera al acceso al Everest y no sólo del lado chino sino también del nepalés.

Finalmente, el 7 de mayo el equipo formado por montañistas chinos y tibetanos llegó a la cumbre de la montaña más alta del mundo y encendió la antorcha olímpica, misma que deberá bajar al campamento base para continuar su viaje rumbo a Beijing. Los videos de la cumbre se pueden ver en Youtube. Aunque el idioma en que están narrados es el chino, ver un video del ascenso a las últimos metros del Everest es algo que no se ve todos los días.

Personalmente me sorprende que en la cumbre todos se hayan puesto a vitorear, cuando las narraciones de otros ascensionistas hablan de una impresionante falta de oxígeno al llegar.

Lo cierto es que es la primera vez que la antorcha olímpica asciende a la montaña más alta del mundo. Nuevamente, millones de ojos han estado puestos en los acontecimientos.

Del otro lado del Everest, en la vertiente sur, las decenas de montañistas que esperaban que los chinos llegaran a la cumbre se han puesto en marcha hacia arriba para colocar el campamento 3, el 4 y finalmente hacer su intento de cima en los pocos días que quedan de la temporada.

Con todos corriendo hacia la misma meta prácticamente al mismo tiempo, es de esperarse que la cascada de hielo y al Paso Hillary sean obstáculos donde se produzcan accidentes de manera similar a 1996. Esperemos que el ansia de cumbre sea menos fuerte que el instinto de seguridad.

Mientras tanto, las comunicaciones con los expedicionarios se han restablecido, aunque no para todos, pues hay quien ha preferido hacer sus primeros viajes hacia arriba en lugar de actualizar la información a su página web.