En realidad, subía también porque le gustaba probar la gozosa fuerza de sus músculos en la lucha con las escarpadas cumbres y luego, al dominarlas, llenarse los ojos de horizontes.

Ciro Alegría

El punto esencial es que el montañismo no existiría sin una dirección, y no tendría una dirección si no genera de algún modo una definición del logro capaz de aunar la técnica personal con la asunción personal de riesgo. Concentrarse en la técnica sin asumir riesgos rehuiría todo ese asunto de la compensación del riesgo que... es lo que vuelve al montañismo lo suficientemente emocionante, pero no demasiado terrorífico. Y a la inversa, concentrarse en asumir riesgos sin la técnica llevaría a la actividad al callejón sin salida de "la gloria o la muerte". En otras palabras, el relajamiento de cualquiera de estos dos criterios conduciría al fin de la actividad del montañismo: por aburrimiento, en una dirección, y por defunción, en la otra. Sólo cuando se aplican ambos criterios es posible que la actividad continúe existiendo. Así es como el montañismo se organiza a sí mismo, y por eso la estética de "hacer más con menos" constituye su esencia: sin ella, el montañismo dejaría de ser montañismo.

Esta esencia, naturalmente, está siempre amenazada: desde fuera, por los intereses comerciales y por la burocracia; y desde dentro, por esos montañeros que quieren estar ahí arriba con la élite sin aceptar plenamente los riesgos que les titularían para estar ahí arriba.

Michael Thompson