Antes de intentar ascender a la montaña más alta de América del Norte, había que investigar todo lo posible de ella. La presente es una breve historia de los ascensos realizados al McKinley hasta 1947, y aunque no está completa, sirve de mucho para hacerse una idea de lo que pensaban los montañistas mexicanos de esa montaña para su ascenso de 1952.
El grupo, cinco camaradas, se ha atrasado mucho; vienen flojeando y yo, francamente, tengo ya ganas de tumbarme en el suelo, allí en la cumbre. Mis grampones [sic] se encajan en el hielo dando los últimos y más torpes pasos …