| |
Como sociedad hemos eliminado otros errores, como el Muro de Berlín. La historia no se detiene. La historia está sucediendo ahora mismo. Esperemos que los bolts sean historia algún día.
Zach Smith
|
Si tienes la suerte de echar un vistazo al Cerro Torre en un raro día claro, entenderás por qué muchos consideran que es la montaña más bella e irresistible del mundo. Messner lo llamó “un grito convertido en piedra”. La contradicción entre su gran belleza y sus aspectos intimidantes hacen girar la cabeza de cualquier escalador emprendedor con ganas de probar algún día.
A mediados de enero de 2012, Hayden Kennedy y yo completamos la escalada que define nuestra carrera colectiva. Sin embargo, la montaña y la ruta han sido traicionadas por la desafortunada controversia que las envuelve como las nubes.
Hayden Kennedy y Jason Kruk en la cumbre del Cerro Torre después de escalar su variante 5.11 A2 de la Ruta del Compresor.
Foto: Jason Kruk
Acordamos reunirnos en El Chaltén, la ciudad que es la puerta de entrada a la cordillera, a principios de diciembre de 2011. En el mes previo a nuestro viaje, Hayden y yo no habíamos hablado mucho. Él se fue a Turquía a hacer escalada deportiva se preocupó por una chica noruega allá. Yo estaba en México volando parapentes. A pesar de siete temporadas de experiencia acumulada en la cordillera y una larga wish-list, no habíamos hablado de ningún objetivo específico mas que querer “escalar los Torres” y hacerlo en nuestro estilo favorito: tan rápido, ligero y libre como pudieramos.
Sabíamos que el mejor de los planes podría sería barrido por los vientos patagónicos. Era mejor ser adaptable y simplemente ir con la corriente. Siempre hemos estado en la misma frecuencia y escalado de manera sabia desde nuestra primera vez que nos encordamos juntos hace un par de años. Eso fue en la base del Cerro Fitz Roy que escalamos a través de un clásico de la Patagonia, la Supercanaleta (1,600 metros 6a + 85 grados), una ruta que desde su primera ascensión fue sello del estilo en escalada. Fue completada en 1965 por los escaladores argentinos Carlos Comesaña y José Luis Fonrouge en estilo alpino perfecto durante un viaje de tres días de ida y vuelta, tiempo muy impresionante incluso por los estándares modernos, infinitamente más, teniendo en cuenta el equipo de la época. También fue el segundo ascenso absoluto del Cerro Fitz Roy.
No pasó mucho tiempo desde nuestra llegada a El Chaltén antes de que el tiempo pareciera bastante bueno como para un intento de algo. Elegimos el clásico Exocet (500 m 6a WI5 MI3), en la Aguja Standhardt, la ruta de introducción perfecta a los matices específicos de la escalada al Torre. Una semana más tarde escalamos Punta Herron por la vía Spigolo dei Bimbi (350 6b MI5) y también la Schnarf-Huber (200 m 6b + MI3), encumbrando la Torre Egger en una larga jornada de campamento a campamento. En este tiempo también escalamos a la clásica Chiaro di Luna en Aguja St. Exupery y establecimos una una nueva ruta en la Aguja de l'S.
Sin duda estábamos cumpliendo nuestros planes de “subir a los Torres”, después de haber completado rutas en tres de los cuatro. Sólo nos faltaba el Cerro Torre, una montaña que yo había tratado de subir el año anterior. Chris Geisler y yo habíamos llegado a un punto situado apenas a unos 40 metros del headwall. Habámos intentado la arista sureste, la línea de la Ruta del Compresor, pero habíamos evitado el uso de cualquiera de los bolts de Maestri, cuando nuestra mejor estima de la línea de debilidad por encima del headwall terminó en un callejón sin salida que tenía dos opciones: retirarse o continuar por la línea de bolts.
No encumbraríamos el Torre ese año. Nuestro intento fue opacado por el despertar de la controversia del Cerro Torre en el que Chris y yo fuimos arrastrados. Amantes de la controversia, todas las revistas querían saber mi opinión. El bombo fue demasiada basura reciclada. Eventualmente, me cansé de todo esto, la idea de compararme con alguien más me enferma. Mi plan nunca fue promover mi ascenso, ni difamar a David Lama.
Hayden y yo enfocaríamos nuestra energía en otra línea del Torre esta temporada: la cara norte. Esta cara está llena de aventura y lo desconocido. Sentirse en superforma y alimentado al máximo, sabíamos que teníamos una oportunidad si el tiempo seguía cooperando. Sin embargo, el mes de enero fue inusualmente cálido en las montañas, e intentar la cara norte parecía demasiado peligroso. La línea más lógica para intentarlo era mi vieja amiga la cresta sureste.
En la mañana del 15 de enero, Hayden y yo abandomanos el campo base Niponino, nos aproximamos al Cerro Torre y subimos los 300 metros mixtos “de aproximación” hasta el Col de la Paciencia lentamente, conservando tanta energía como fuera posible. Nos relajamos en al abrigo de nuestra tienda y bebimos y comimos como pudimos. Con los prismáticos revisábamos características discontinuas al extremo izquierdo del headwall que posiblemente se conectaran a la línea que Geisler y yo habíamos intentado hacia la cumbre.
No escuchamos nuestra alarma de las 11 pm, y despertamos a las 2 am. Bebimos café, nos mentalizamos y salimos a escalad a las 2:45. La mayoría de la escalada de la parte baja de la arista SE comprende escalada alegre. Nos llamó y gritó en la noche e hicimos un tiempo muy rápido en la oscuridad. Llegamos a la variación de Salvaterra-Mabboni justo antes del amanecer, alrededor de las 5:00 am. La línea de la arista integral por encima de nosotros se intentó en 1968 y, finalmente, fue escalada en 1999 por Ermanno Salvaterra y Mabboni Mauro.
A partir de aquí la Ruta del Compresor hace una línea inexplicablemente recta a través de la roca en blanco y durante cientos de bolts. Hayden punteó la hermosa grieta A1, con un par de knifeblades con levas intermedias. La escalada de la arista es absolutamente brillante: bordes 5.10 en una posición expuesta en la arista. Asegurado a dos bolts, Hayden continuó hasta la arista a toda velocidad, mientras yo lo seguía en jumars lo más rápido posible. Llegué a la reunión, una posición increíble en un ápice por encima de la cara sur, respirando con dificultad. Bien mirado, el hielo y el terreno mixto llevan través de las características de hielo del Torre. Tomar el rack y cambiarse a crampones, chocamos las manos y partí, navegando por los tramos de hielo y mixto, fijando tramos cortos de cuerda para que Hayden pudiera seguirme hasta la base de la chimenea WI5. Este paso largo, escarpado, escalado por primera vez por Josh Wharton y Zack Smith, pasa por otra secuencia de bolts hasta una pared en blanco a su derecha. El hielo era frío, a prueba de balas. Lo pasé con tres tornillos de hielo, seguido de Hayden. Estábamos en la base del headwall, eufóricos.
Hayden se puso los tenis para escalar y se metió en el escarpado terreno de por encima. Los dos primeros largos se componen de una escalada atlética 5.11 sobre lajas grandes, positivo. Desviándose apenas a la derecha, luego a la izquierda, de los pernos del Compresor, Hayden se quedó sin levas sólidas, pero comentó sobre la felicidad de los movimientos de calidad en un entorno tan extremo. Alcanzó una repisa a mitad de camino y Hayden escaló en libre hacia la izquierda del seguro, encontrando bordes escalables en libre donde el año pasado Chris, en un estado de debilidad, había recurrido a la tecno-ayuda. A partir de este punto, Chris había puesto un bolt en una sección virgen de roca y escalado hacia la derecha, por una zona que eventualmente terminó en un callejón sin salida para nosotros el año pasado. Hayden alcanzó el bolt y bajó al nivel de mi seguro. Yendo y viniendo por todo el headwall, Hayden obtuvo una ventaja. Más bordes conducían a una repisa pequeña en el borde izquierdo del headwall. Limpiando el tramo y bajando desde el bolt, me uní a Hayden en esta postura de aseguramiento, un lugar tan expuesto, que podíamos haber estado en la luna.
Arriba, grietas discontinuas, bordes y manchas de hielo proveían un paso por el granito perfecto con pátina de color rojo. Hayden, esperto, navegó el terreno complejo con una mezcla de la escalada libre y de hielo. La única ayuda fue en nombre de la eficiencia alpina: detenerse para estar suspendido de una cinta para limpiar de hielo un par de sitios donde colocar levas. Después de otro aseguramiento, Hayden, aún mentalizado para puntear, subió por una brillante travesía siguiendo una mágica grieta divisoria. La grieta callejón se cerró y Hayden, con los brazos cansados por la deshidratación, hizo el último movimiento hasta la parte superior del headwall. Hayden comenzó a gritar y yo sabía que lo teníamos. Seguí el largo con una gran sonrisa de comemierda. Habíamos contenido la respiración hasta este momento, esperando sinceramente cerrar en cualquier momento.
Dejamos nuestras cosas en el campo de nieve cimero y corrimos hasta la seta final a la cumbre. Acabábamos de hacer el primer ascenso limpio de la arista sureste del Cerro Torre en 13 horas.
No se ha hablado mucho en los últimos años acerca de quitar los bolts de la Ruta del Compresor. Indudablemente, es mucho más fácil hablar de ello de realmente hacerlo y enfrentar las consecuencias. Después de una larga introspección en la cumbre, sabíamos que el acto debía ser iniciado por un grupo, sin consenso. Las tribus siempre estarán demasiado polarizadas para alcanzar un terreno común. Por supuesto, a la hora del cóctel en El Chaltén hubo mucha plática sobre los “qué pasaría si” de la escalada de la arista SE. A decir verdad, durante nuestra escalada y los días previos, Hayden y yo no hablamos de quitar los tornillos.
Medios justos no significa que no haya bolts. El uso razonable de ellos ha sido ampliamente aceptado en la práctica de esta cordillera montañosa. A menudo, escalar en granito escarpado y virgen sería una locura sin el uso de este tipo de protección. Usamos cuatro bolts colocados por Salvaterra en su variaciante: dos en una reunión y dos de seguro de protección. En ese punto de la ruta, Hayden asegurando en corto con un bucle de unos 35 metros de holgura, sin duda una caída mortal, de todos modos. Pudo haberlos omitido, pero ése no es el punto. Estos tornillos se colocaron en granito virgen, a mano, en terreno no protegible de otra manera.
Más arriba utilizamos el bolt colocado por Chris en nuestro intento del año pasado. Cinco bolts de 400 nos pareció un trato justo. También se utilizaron dos de los aseguramientos originales de Maestri en el headwall. Éstos estaban en lugares próximos a otras opciones de anclaje natural. Créannos, sabemos cómo hacer anclajes. El hecho de que estuviéramos planeando dejar los bolts de todos modos, quería decir que era demasiado tonto para no usarlos durante el ascenso. Nuestro objetivo final es el respeto de la montaña. Los rapeles por el headwall podrían haber sido quitados y reemplazados por nueces y clavos. Sin embargo, teniendo en cuenta que en una línea bella y popular es inevitable que haya anclajes fijos para rapel el lugar, parecía más lógico dejar de los anclajes establecidos en lugar de eliminarlos y dejar que los anclajes se degraden lentamente.
Al final, removimos los bolts en todo el headwall y en uno de los largos de abajo. Nuestra mejor estimación sería quitar alrededor de 125. Hubiéramos continuado quitando bolts si no fuera por nuestros amigos Víctor y Ricardo, dependientes para su descenos de los bolts en la travesía de 90 metros.
La pregunta que queda, es ¿por qué? Las acciones de Maestri fueron una completa atrocidad. Su uso de bolts y maquinaria pesada fue escandaloso, incluso para la época. La Arista Sureste era alcanzable por medios lícitos en los años 70, [Maestri] robó, esa escalada al futuro.
El Cerro Torre, una montaña tan perfectamente pendiente por todos lados, es la postal por el ideal de lo que es el alpinismo. No debería haber un camino fácil a la cumbre. El hecho de que hubiera una vía ferrata glorificada hasta la cumbre ofendía profundamente a una comunidad mundial alpinistas dedicados. Si el Cerro Torre fuera más accesible, alguien habría quitado los bolts de Maestri hace mucho tiempo para regresar a la montaña a su antigua grandeza.
¿Quién cometió el acto de violencia contra el Cerro Torre? ¿Maestri, al instalar los bolts, o nosotros, al quitarlos?
Mientras esa escalera estuvo, hubo justificación para el uso irracional de bolts por otros. Somos parte de la próxima generación, el grupo de jóvenes alpinistas que esperamos más. Esta es una declaración que sentíamos que otros jóvenes alpinistas necesitaban escuchar.
Nuestros verdaderos sentimientos fueron confirmados por tres jóvenes escaladores argentinos que pasamos sobre el glaciar Torre mientras caminábamos por la cordillera. Sus ojos se iluminaron cuando nos dijeron lo insporados que estaban para escalar el Cerro Torre ahora, entrenar más duro, ser mejores. Para superar el reto que ha sido restaurado a la montaña. Dos días más tarde harían un ascenso raro en la Aguja Standhardt, por la via Festerville. Respeto.
Un montón de personas escalaron por la Ruta del Compresor y se divirtieron, pero ahora es una nueva era para el Cerro Torre. Días después de nuestro ascenso, los jóvenes y talentosos alpinistas austriacos David Lama y Peter Ortner liberaron su propia variante en la Arista Sureste. Esta noticia fue muy inspiradora para Hayden y para mí, y es una prueba más de que los bolts no eran necesarios.
Sería muy difícil para reclamar más autoridad que Comesaña, quien, al conocer la noticia de nuestras acciones respondió:
"En mi nombre y en de los demás que renunciamos al sueño de escalar esta fantástica montaña, reclamo por nuestros derechos a eliminar de las paredes del Cerro Torre todos los restos de la violación —compresor incluido— cometida por Maestri en los ‘70‘s y creo que nadie —por cualquier razón— puede tener más derechos que los nuestros.”
Jason Kurk, Sqamich, BC
Hayden Kennedy, Carbondale, Colorado
