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Montañismo y Exploración
Taco Fish: nueva ruta en San Pedro Mártir
17 marzo 2011

Generación Alpina abrió una nueva ruta en la cumbre secundaria sur, cara suroeste, de la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, el pasado mes de enero.







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El Gigante, en Chihuahua, representó para nosotros un gran aprendizaje en cuanto a dificultad en paredes de grandes dimensiones y nos quedó muy claro que teníamos que escalar más así que a nuestro regreso dedicamos más tiempo a escalar y encadenar vías que forzaran nuestros límites. Sin embargo la idea de tener un nivel más alto en escalada había surgido a raíz de aquellas montañas que requieren un alto nivel y con las que soñamos escalar, pero en este lento aprendizaje en el que nos encontramos y que exige el alpinismo moderno sabíamos que el siguiente paso lógico sería la apertura de una vía en una gran pared.

La cara NE del Picacho del Diablo. La línea marca la ruta directa ascendida en 2009.Foto de la expedición del 2009.

Una historia y una foto

En internet encontramos una gran historia que hablaba sobre exploración y escalada en un lugar remoto en Baja California. Era “El Escudo”, como llamó Carlos Rangel a esta pared, en la Cara Norte del “Picacho del Diablo”(montaña más alta de Baja California). Mencionaba varios viajes de exploración y un par de intentos hasta que consiguió ascenderla en 1999. Nos pusimos en contacto con él y pasamos una tarde platicando y aclarando algunas dudas. Al final de aquel día teníamos una historia y una foto. El viaje se mostraba como una intensa oportunidad de aprendizaje.

La entrada al Cañón del Diablo.

La aventura que no termina

A mediados de enero de 2011 estábamos en el puerto de San Felipe. Para sorpresa nuestra era una famosa playa. Habíamos escogido este mes para encontrar un clima frío y sabíamos que podríamos encontrar nieve en la montaña, así que cuando llegamos con nuestras mochilas con equipo de montaña a un hotel cerca del malecón nos sentimos un poco ridículos.

Buscamos al Cuerpo de Bomberos que años antes había apoyado a Carlos a cruzar el desierto y que eran nuestra referencia como apoyo. Les explicamos sobre nuestra intención de escalar en el lugar y rápidamente accedieron a ayudarnos. Fueron poco más de dos horas de viaje cruzando un desierto increíble hasta la entrada del cañón del Diablo. Nos sorprendió como había cambiado el ecosistema, de árido totalmente a tener vegetación alta, en poca distancia.

En el principio de la escalada.

Iniciamos la caminata siguiendo el arroyo. Sólo sabíamos que debíamos seguirlo hasta que se acabara y que tardaríamos tres días aproximadamente. Nuestras pesadas mochilas iban quedando incrustadas en los hombros mientras pasaban los días. Caminamos entre piedras y sorteando grandes pozas de agua, un par de escaladitas y muchos ramalazos y rasguños, era un hecho que no pasaba gente muy seguido por ahí.

Llegamos al final del tercer día y nos encontramos en un bosque de montaña. Hacía frío y estábamos rodeados de grandes picos de roca. El problema era que ninguno se parecía al de la foto. Nos desesperamos un poco, así que decidimos iniciar el cuarto día explorando un poco el lugar. Dejamos instalado el campamento donde el río terminaba.

Amaneció. Caminamos por los alrededores y nada. ¿Qué pasa? Había mucho para escalar pero nada era semejaba al paisaje de la foto que teníamos en mente y los días se terminaban: habíamos quedado con los bomberos de estar de regreso nueve días después a la entrada misma del cañón, ya se habían ido tres y nos quedaba una larga caminata de regreso. Como iban las cosas sólo nos quedaban dos días para escalar. Se notaba que las bolsas de comida no llegarían a satisfacer nuestras demandas si no nos movíamos pronto.

Buscando, encontramos el pico más alto. Estábamos conscientes de que el Picacho del Diablo es una montaña con varias caras y si bien no sabíamos con exactitud en cuál estábamos era un hecho que frente a nosotros había una gran pared que llevaba a la cumbre, así que después de estudiar la pared en busca de una posible vía, iniciamos el regreso a nuestro campamento para establecer la estrategia a seguir. El tiempo de estadía se terminaba así que la única posibilidad de éxito seria escalar rápido y ligero. Éramos cuatro y repartiríamos el trabajo de modo que todos tuviéramos algo que hacer y poder agilizar el ascenso.

En el principio de la escalada.

La escalada

El reloj sonó a las 6:00 am, comimos una barra y comenzamos a caminar hacia la base de la pared. Hacía mucho frio y llevábamos las chamarras de pluma puestas. El agua no sería problema porque nos deshidrataríamos menos, así que un par de litros y unos geles de carbohidratos acompañarían a nuestro nutrido rack de levas y clavos.

Pasamos los primeros largos entre bloques y lajas sueltas. Había bastantes pasos de placa con protecciones en grieta y conforme ganábamos altura la verticalidad aumentaba al grado de pasar por un par de panzas que hacían apretarle cada vez más. Por fin alcanzamos una gran repisa desde donde la cumbre parecía estar cerca. Era el sexto largo. Estábamos todos juntos pero quedaban pocas horas de luz. Faltaban un par de largos más por un largo diedro, así que Juan decidió escalarlo con nuestra cuerda de 70 metros. Apenas llegó a una pequeña repisa donde instaló la reunión. Ya había comenzado a oscurecer y aún se veía una escalada de clase cuatro. Llegamos a la cumbre de noche y sólo pudimos ver las luces de un poblado y la sombra de las montañas bajo el cielo estrellado.

El largo diedro.

Aún faltaba el largo descenso. Instalamos rapeles e hicimos travesías para comunicar y encontrar las repisas donde habíamos hecho las reuniones; algunos bloques cayeron y tomamos algunas precauciones. Cuando por fin llegamos al suelo, nos faltaba encontrar el campamento que estaba lejos en medio del bosque; afortunadamente no nos perdimos y poco después de las 12am llegamos a él muy contentos por la escalada. En total fueron poco mas de 17 hrs de actividad continua, pero todavía nos faltaba salir de ahí en tres días más. La comida se acabó al siguiente día y la “civilización” sufrió las consecuencias cuando al fin regresamos a ella.

Fabiola, Daniel, Adrián y Juan, cerca de la cumbre, después de haberla alcanzado.

En resumen

Abrimos una vía en la cara SO del Pico secundario que está al sur del Picacho del Diablo, en la sierra de San Pedro Mártir, Baja California. El lugar tiene un gran potencial para la escalada de vías largas en terreno de aventura. Nuestra ruta tiene siete largos con una dificultad máxima de 5.10d y no instalamos protecciones fijas. Sólo dejamos algunas cintas y un clavo que fue necesario dejar. El nombre de la vía es “Taco Fish” en honor a los tacos de pescado que comimos en San Felipe a nuestro regreso y que mitigaron nuestra hambre. Nuestro equipo estuvo formado por: Fabiola Pineda, Daniel Navarro, Juan Martínez y Adrián Alvarado.

GALERÍA DE LA ESCALADA »

La ruta“Taco Fish” 5.10d, 370 metros, 7 largosCara suroeste del Pico Sin nombre (2,930 metros)Picacho del Diablo, Baja CaliforniaFabiola Pineda, Daniel Navarro, Juan Martínez y Adrián Alvarado.Enero de 2011

La ruta "Taco Fish".

N. del E.- El acceso a El Escudo sólo se hace por el cañón La Providencia, uno de los cuatro accesos que tiene la sierra hacia la cumbre. El grupo entró por el calón El Diablo, por lo que la pared quedaba al otro lado de la montaña, pero ellos no lo supieron hasta su regreso. La cumbre principal es, en realidad, doble. Cumbres casi gemelas, con una diferencia de 60 cms de altura. Al norte y al sur de estas cumbres gemelas, hay dos picos, ambos sin nombre oficial. Los miembros de Generación Alpina ascendió a la cumbre de la cumbre secundaria sur.

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