La escalada es ya un deporte muy popular pero en muchas ocasiones no es más que una actividad, sin llegar a ser un deporte. Cuando esto pasa, no se siguen las normas de seguridad con la seriedad con que debieran ser tomadas. Pit Schubert en su libro Seguridad y riesgo, menciona que en las zonas de escalada que funcionan como escuela y que tienen una afluencia muy alta de visitantes, es donde suelen relajarse todos… y donde hay más accidentes.

El por qué pasa esto puede ir desde el sentirse seguro entre mucha gente, el no sentir la actividad como potencialmente peligrosa o más. Eso se ha dicho en muchas ocasiones y muchos ya comienzan a estar hartos de los llamados de atención.

Un asegurador con las manos ocupadas en dos acciones diferentes. ¿A cuál prestará más atención? ¿Parece truco?
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El domingo pasado, en una zona de la ciudad de México, dentro de Ciudad Universitaria, conocida por los escaladores como “La Escuelita”, hubo muchos escaladores, desde los buenos, los cursos y los que van sólo a ver. Entre ellos captamos a una persona que aseguraba a su compañero mientras ¡comía con una mano ocupada y prestando atención a otro lado!

Bueno, esta es una de las muchas cosas que no se deben hacer. Pero las fotos dicen más que las palabras.

El hombre no se decide: ¿comerá o no comerá? Parece que poco a poco se va inclinando a lo segundo. Ahora ya no presta atención al escalador.