Sin lugar a dudas, las condiciones en las montañas de Perú, durante el año 2009 no han sido las más propicias, muchas expediciones vieron frustrados sus proyectos principalmente por lo inestable que se ha presentado el tiempo durante toda la temporada de montaña.
Los cambios meteorológicos, cuyas causas y efectos se saben perfectamente, no son ajenos a los Andes Peruanos: diversos estudios de glaciología vienen demostrando los enormes cambios que sufren cada años los glaciares andinos, algunos de ellos con fechas de extinción pronta.
Parque Nacional Huascarán, Perú.Ver mapa más grande
Quizás uno de los fenómenos más notorios durante esta temporada, ha sido el corto espacio de buen tiempo que ofrecían las montañas. Las inusuales variaciones de temperatura hicieron que muchas montañas presenten condiciones exigentes durante la temporada “seca”.
Lamentablemente en Perú aún no se ha tomado conciencia seria respecto a este tema: se siguen otorgando concesiones mineras cerca de los Parques Nacionales y la protección medioambiental apenas se ubica en el último puesto de prioridades en nuestro país. Entidades extranjeras están llevando a cabo algunos programas de protección y ponen mayor énfasis a la educación de la gente que vive alrededor de estas áreas naturales.
Durante el mes de Enero del 2009, Beto Pinto, Steven Fuentes, Roger Lliuya y Darío Yucra, pertenecientes a la Escuela de Guías de Montaña de Perú (AGMP-CEAM), trazaron una nueva ruta en la cara suroeste del nevado Paccha (5,550 metros), ubicado en la poca frecuentada Cordillera Central De Los Andes, al este de Lima.
Ruta seguida en el Ranrapalca.
Fotografía: Octavio Salazar.
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A las tres AM del 27 de enero, inician el ascenso encontrando, a las seis y en el parte inferior de la montaña, terreno mixto bastante inestable de unos 120 metros que los conduce hasta el glaciar colgante de la montaña. Continúan unos 50 metros poco inclinados hasta alcanzar un canal de hielo con inclinaciones de 60 a 80 grados y la salida final de 90. La ruta es bautizada como Last Inca (400 metros MD+, 6a, 65 a 90º).
Los Franceses Jean Francois Fillot, Sylvain Mellet y Nicolas Wirshing, se dirigen, durante el mes de mayo, a una zona aún menos conocida, el nevado Ticlla (5,897), en la cordillera de Yauyos.
Sólo la llegada al poblado más cercano a la montaña es ya de por sí una expedición aparte, pues el precario bus sale una vez a la semana desde Lima. Establecen su campo base cerca de una pequeña laguna a 4,600. El 8 de mayo inician el ascenso por la base de la cara suroeste de la montaña, la más alta del macizo, escalando algunas zonas de roca y bajo algunos seracs, hasta llega a los 4,900 metros, altitud a la que ingresan al glaciar a través de una rimaya y en dirección derecha de unas bandas rocosas muy cerca de la cumbre. Las inclinaciones varían desde 45 a 50 grados en nieve y 60 a 65 grados en hielo. La ruta es graduada en D. Durante el descenso, dos de ellos (Sylvain y Nicolas), esquían por la cara sur este, con inclinaciones constantes de 50 a 55º durante 500 metros.
La nueva ruta sobre la cara suroeste del Nevado Paccha.
Fotografía: Christian Stoll.
En junio, Christian Stoll Dávila, peruano, y el estadounidense Mark Smiley, se dirigen a la cara norte del Huacarán Norte. Esta montaña se ubica en el sector Llanganuco del Parque Nacional Huascarán. La ruta, aunque en su mayoría recorre la vía Paragot (1966) e Italiana(1974), les ha exigido seis días en la pared, con peligros objetivos y zonas muy técnicas de hielo, muchos largos de cuerda de 60 y 70 metros de nieve y roca con inclinaciones de hasta 80 grados y dificultades de 6a en terreno alpino. La ruta no permite retirada pues es bastante comprometedora. Esta cara del Huascarán Norte es una de las que mayores peligros de avalancha posee la Cordillera Blanca. Los montañistas realizaron una variante al inicio de la ruta y antes de la salida a la arista italiana. Descendieron por la ruta normal. La escalada duró del 3 al 8 de junio y las condiciones fueron muy inestables.
En la inhóspita cordillera de Huayhuash, los escaladores Vascos Mikel Bonilla y Aitor Avendaño, realizan una línea directa al Puscanturpa (5,330) bautizada como Barne Sua (750 m, 7a+ , 6c obligado), durante los días 27 y 29 de Junio. Los últimos largos coinciden con la vía Macanota por donde realiza en descenso.
Tras una prolongada estancia por los Andes de Bolivia, los escaladores Jeff Gouzer (Francia) y Kiefan Morel (Suiza), realizan una serie de ascensos notables, además de rutas clásicas, en las cordilleras Blanca y Huayhuash durante el mes de julio. Ranrapalca por la cara noreste (6,162), Huascarán sur por El Escudo (6,768), Jirishanca (6,126) vía Cassin e intento de una variante a la misma montaña entre la vía Americana-Británica. Realizan además otro intento a la cara oeste del Yerupajá (6,634), que desde el 2001 no ha podido ser hollada por expediciones deportivas.
En el nevado Pucaraju (5,322), los escaladores Nate Farr y Marcus Donaldson (EUA) realizan un posible nuevo itinerario sobre la cara sur oeste: Juego de reyes (300 m. TD+,WI4,M6.5.8).
El Pisco (5,752) es la montaña más ascendida de la Cordillera Blanca debido a su espectacular vista de cumbre y relativa facilidad. Sin embargo posee otras rutas de mucha dificultad, como la pared sur (MD), donde los montañistas Beto Pinto y la Francesa Sophie Dennis, realizaron una variante de la ruta Francesa de 1977, haciendo una travesía a fin de evitar los seracs colgantes de la arista. Encontraron zonas de roca y hielo con inclinaciones de hasta 90 grados antes de salir a la cumbre.
El Artesonraju visto desde el Pisco.
Fotografía: Beto Pinto.
La misma pareja se dirige al Artesonraju (6,034), que a finales del 2008 sufrió un gigantesco desprendimiento en su cara suroeste que ya se ha recuperado parcialmente. Ambos realizan un intento por la cara noreste, donde encuentran nieve suelta e inestable, peligros de avalanchas y enormes grietas que surcaron hasta unos 150 m antes de la cumbre.
Ambas montañas, se ubican en las zonas más concurridas del parque nacional Huascarán, el sector Llanganuco y el sector de la quebrada Santa Cruz. Eloy y Octavio Salazar Obregón, junto con Eric Albino, imponen el estilo ligero y rápido en la extrema cara sur del Ranrapalca (6,162), ubicado en la zona central del Parque Nacional Huascarán. Durante 29 horas, el 26 de agosto, recorren los 850 metros de esta vertiente muy poco escalada y con dificultades de ED, 50 a 90/95 grados. Durante toda la escalada encuentran zonas mixtas, de nieve floja, hielo duro y una canaleta de salida que les conduce a la arista cimera. Casi toda la escalada la realizan con un sistema de ensamble bastante original, escalando y asegurando al mismo tiempo, sin hacer reuniones. La bajada la realizan por la cara este, realizando dos rapeles y caminando sobre la pared de 55 grados de inclinación. Sólo dejaron una estaca en el primer rapel. Unos días antes, como “entrenamiento” realizan una variante de varias rutas en la cara oeste del Churup (5,495).
Ruta seguida al Huascarán norte, la zona inferior presenta la variante.
Fotografía: Christian Stoll.
El australiano Mark Pelusi y el alemán Arne Bergau, realizan también actividades importantes en la Cordillera Blanca: el Nevado Ulta por su cara noroeste (ED) , el Huandoy Este por su cara sur (TD) y el Huandoy Norte por su cara este (D+).
Cerrando la temporada de nuevas rutas y ascensos notables, nuevamente Beto Pinto y Eric Albino, durante el curso de guías de montaña de Perú (AGMP), realizan una apertura en el Urus Central (5,495) el 16 de agosto a la que bautizan como El vuelo del Inca (MD+, 6a, II, M5, 70-90 grados, 360 metros). En el mismo curso, un grupo de 22 personas, entre guías de montaña y alumnos, realizan el primer ascenso nacional al Palcaraju (6,274). El nevado no había sido ascendido durante muchos años por peruanos.
Durante la apertura de El Vuelo del Inka.
En la foto de abajo: el Urus.
Fotografía: Beto Pinto.
Importante mencionar que a pesar de seguir en vigencia la reglamentación que obliga a contratar agencias de viaje y guías de montaña para todas las rutas en la Cordillera Blanca en el Parque Nacional Huascarán, ésta no se cumple como tal. Para entrar por libre simplemente hay que dirigirse a la oficina del Parque Nacional Huascarán a comprar el boleto de ingreso y demostrar que la actividad será netamente deportiva. Incluso no es necesario realizar este trámite, ya que los guardaparques de todos los sectores vienen considerando esto y permiten el ingreso de expediciones independientes simplemente si estos han realizado el pago respectivo de ingreso al Parque.
Fuentes: Beto Pinto, Christian Stoll, Sylvain Mellet, Octavio y Eloy Salazar y el “Libro Rojo” de la Casa de Guías de Huaraz (Asociación de guías de montaña de Perú).
Sergio Ramírez Carrascal www.nuestramontana.com