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Montañismo y Exploración
Hallan en la Antártida los restos de un avión de hace casi un siglo
12 enero 2010

De la historia clásica del Polo Sur se conoce bastante de las expediciones de Scott y Amundsen (en ese orden) pero poco de las posteriores. En 1911, un grupo de australianos llegó al continente blanco con lo que había sido un avión fabricado expresamente para volar en la Antártida. Sus restos fueron encontrados en el hielo el 1 de enero del 2010.







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1903 fue el año en que los hermanos Wright lograron que el primer aeroplano volara. Sólo cinco años más tarde, un aeroplano estaba en los planes de un explorador de la Antártida: Douglas Mawson, un australiano que había participado en la expedición de Shackleton cuando llegaron muy cerca del Polo y que estaba preparando su propia expedición cuando  Scott le ofreció un puesto en el Terra Nova en 1910. Por eso declinó la oferta.

Douglas Mawson, líder de la expedición 1911-1914

Douglas Mauson se había empeñado en hacer una expedición australiana para explorar otra región del continente. Y bueno, él apostó por el avión y lo enlistó: un monoplano construido por Messrs. Vickers and Co., pero con patines para hielo. Se pretendía que llamara la atención al público hacia la expedición en Australia, donde la aviación era prácticamente desconocida.

En una exhibición de vuelo, semanas antes de que zarpara el buque hacia la Antártida, el avión tuvo un accidente del que salieron indemnes su piloto, el teniente Watkins y otro expedicionario. Mawson decidió no hacer un solo intento de volar en la Antártida y el avión se convirtió en lo que llamaron un “trineo aeroplano o, más correctamente, trineo aerotractor”.

Las piezas halladas del trineo motorizado

Ese trineo motorizado fue abandonado en la Antártida una vez finalizada la expedición (1911-1914), lo mismo que los refugios construidos. El trineo desapareció en algún lugar gracias a las nevadas, pero el 1 de enero del 2010 fue localizado nuevamente incrustado en el hielo, por una expedición australiana dedicada a buscarlo, al mismo tiempo que mantenía en buen estado los refugios que se construyeron en el 2011.

En realidad no hallaron el trineo completo sino piezas de él y el esqueleto pero con eso ha sido suficiente para localizar el primer avión que llegó a la Antártida… aunque no llegara como avión. Pero sigue siendo una pieza importante en la historia de la aviación y un descanso para quienes lo hallaron pues ya habían pasado tres veranos buscándolo. La última vez que se había visto fue en los setentas, como un fuselaje de acero casi completamente cubierto por el hielo.

El libro de Mawson se puede leer gratuitamente en el Proyecto Guttenberg:

Dowglas  Mawson. The home of the blizzard: the story of the Australasian Antarctic Expedition. The Project Gutenberg.



 



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