La Patagonia fue su primer gran objetivo, pues a pesar de ser un amplio territorio inexplorado, pocos se adentraban en él. Junto con cinco compañeros más, recorrió más de dos mil kilómetros de un territorio inexplorado, aunque muchas veces a la vista desde otros lados. Una gran exploración que ganó el Premio Rolex.
Christian Donoso en los Andes Antárticos
Fotografías: Christian Donoso.
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El explorador chileno Christian Donoso se planteó entonces otro objetivo en un nuevo continente, la Antártida. Esta vez navegarían 550 millas náuticas (1,018 kilómetros) en los múltiples fiordos de la Península Antártica. Tras dos meses de estar metidos en las aguas costeras de la Antártida, el grupo terminó su viaje con datos de una zona no explorada a conciencia.
El año pasado, Christian se vertió sobre un objetivo nuevo también: los Andes Antárticos. Se trataba no tanto de navegar por la costa, sino de adentrarse y recorrer una buena porción de superficie de la Península Antártica. Su compañero fue Sebastián Roca. Viajaron hasta la costa en una embarcación que ya los está conociendo año con año, desembarcaron y se internaron en un paisaje blanco sin una sola persona además de ellos.
Sebastián Roca en los Andes Antárticos.
Habían llegado con un mes de retraso según sus planes y tenían que cruzar la Península Antártica de Oeste a Este, pasando por las montañas que separan ambas costas: los Andes Antárticos. En su viaje pasarían de todo: desde el mar hasta el ascenso por pendientes nevadas y detrás de ellos irían sus kayaks, haciéndola de trineos. Esperaban tardar entre 30 y 40 días. Esperaban que al final del viaje habrían recorrido 500 km de mar y 400 por nieve y hielo.
Portearon hacia la parte alta pero a partir del tercer día hubo muy mal tiempo y cuando alcanzaron de nuevo su campamento 1, con baja visibilidad y usando GPS para encontrar su depósito anterior, los kayaks habían desaparecido bajo tanta nieve. Las señalizaciones habían desaparecido y comenzaron a sondear la zona, primero con el GPS alrededor del punto marcado por el GPS pero lo fueron ampliando hasta tener un radio de más de 50 metros de ese punto.
Al otro día regresaron con buena visibilidad y encontraron los kayaks sepultados en más de dos metros de nieve después de ocho días de tormenta, a cien metros de donde habían rastreado el día anterior. De ahí tendrían que subir por el glaciar hasta el Plateau Foster. Después de eso la subida quedaría prácticamente eliminada.