Karen Berger. Trucos para excursionistas. Ediciones Desnivel. Manuales Grandes Espacios. 1998. 143 páginas. ISBN: 84-89969-06-X

El excursionismo es una actividad muy vieja, aunque no se le conocía con este nombre antes y actualmente se le conoce como senderismo. Era una actividad humana cotidiana: andar por caminos poco transitados o pesados, con carga y llevando todo lo que se necesite a la espalda. Pero ahora es una actividad lúdica, lo que significa que una persona que no hace esta actividad la realizará en su tiempo libre, aunque lleve miles de años practicándose.

Es por es que la autora de este libro comenta que “Una de las lecciones más importantes es que hay tantas técnicas como excursionistas.” (p. 6) Su libro comienza con una anécdota y termina pensando que el conjunto de trucos que le han servido a ella a sus caminatas por más de quince mil kilómetros bien puede compartirse: “…éste no es un libro para aprender a recitar de memoria; es un libro para compartir ideas y hacerte pensar en lo que te puede valer a ti.” (p. 6)

Tras caminar miles de kilómetros, la autora reconoce que las modas no son precisamente lo más sensato:

“A veces se diría que el concepto de sentirse a gusto en el campo que tiene la industria del deporte al aire libre consiste en gastar dinero e ir cargado con un montón de artefactos de alta tecnología. Pero tras más de 15,000 kilómetros mochila a cuestas, he llegado a algunas conclusiones más sencillas, menos caras y más ligeras. El secreto para vivir a gusto al aire libre consiste en estar preparado para lo previsible y resolver los problemas evitándolos.” (p. 6)

Este conjunto de trucos no son más que detalles que se aplican a cualquier excursión y muchas veces a una sola específica. No intenta instruir a ningún lector pues sólo expone sus ideas, quizá de una manera desordenada si estamos acostumbrados a los manuales donde se explica con detalle cada concepto. Pero no es desordenado. En realidad es como estar sentado en un campamento y platicar sobre cómo se pueden hacer las cosas, sin los formalismos de un salón de clase o la prisa de terminar un curso.

Aunque está dividido en secciones bien definidas, el libro puede comenzar a leerse por cualquier parte, eso es lo delicioso de él: ser un libro de consulta, de “intercambio” diría la autora. Lo mismo puede hablarse del mapa en la organización de la salida como en la caminata o en otra parte cualquiera. De hecho, en la vida real es así y lo ingenioso (aunque en principio chocante) del libro es que lo trata de esa forma.

El libro es el punto personal de una persona y tiene, por supuesto, algunos errores, como el siguiente: “Para una actividad de tres días no necesitas tantos artículos de emergencia como para otra de diez.” (p. 11) Los paramédicos —que tratan de llevar todo lo parecido a un pequeño quirófano para una salida de medio día— no estarían de acuerdo. Sin embargo, el conjunto es bueno.

Hay un detalle: esta versión al español se adaptó “a las circunstancias del senderismo y el excursionismo en España.” (p. 7), por lo que suele verse entre la narración detalles sobre el senderismo en España o alusiones a “en nuestro país” que son claramente hispanas.

Algo que definitivamente le falta son ilustraciones.