Hace unos minutos vi un programa del Discovery Channel titulado “Man vs. Wild” y me desconcertó que todo el programa tuviera un tono de triunfo. Me explico: el protagonista dice haber subido al Everest ya y otras aventuras pero ahora quiere mostrar al espectador cómo sobrevivir en Alaska, la tierra donde lo salvaje está a cada paso.
Un helicóptero lo deja en la cima de una montaña con sólo un par de esquíes, bastones, la ropa que lleva puesta y una navaja. Tiene que llegar a algún lugar poblado sólo con eso. Buena meta pero ya desde el principio se ven trucos y mentiras: junto a una cascada dice que es peligroso bajar, pero que mostrará que se puede hacer sin peligro si todo se hace correctamente.
Cualquier practicante de cañonismo se reiría de esto, sobre todo cuando se ve, escondido tras las rocas y su brazo, una cuerda que lo asegura. Ningún cañonista sensato bajaría por el mismo cauce de la cascada y menos tratándose de agua de deshielo y si alguien se viera forzado a hacerlo, sufriría un golpe del chorro de agua que cae, muy violento, además de exponerse a adquirir hipotermia.
Como este ejemplo hay muchos: desescalar por el hielo cristalino sin crampones ni piolet, encender una fogata de una manera muy simple, nadar en aguas heladas…
El resultado es un programa donde el actor y los productores, mienten. No dicen las cosas como son. Por supuesto, en la televisión y el cine la gran mayoría de lo que uno ve es mentira, pero uno asume que lo es… o vive creyendo esa mentira. La diferencia con el tipo de programas que presentan a alguien “sobreviviendo” en Alaska es que aquí hay una “invitación a la aventura”, lo que lo convierte en peligroso, pues la gente puede intentarlo tal como el programa lo dice. Eso sin contar con que hay al menos un camarógrafo a su lado, si no es que más.
Supongo que el programa debe tener un gran éxito para que lo sigan produciendo y uno se siente tentado a tachar esos programas. Yo no. Cumplen una misión: introducir a miles de personas en un ambiente que con toda probabilidad nunca verán. Quizá lo que les falta es una leyenda como la que tienen todos los libros técnicos diciendo que el montañismo es peligroso y que los autores y editores no se comprometen en absoluto por las consecuencias que se produzcan si se lleva a la práctica. Quizá eso nunca se vea en esos programas: bajarían el rating.
Se ponga o no esa leyenda, el programa no deja de ser una ficción, es decir: una mentira, y aquellos que se la crean, pueden cometer el error de poner en riesgo su vida. El programa es bueno si se tiene en mente que es una ficción y quedaría más o menos al nivel de Riesgo total o Límite Vertical.