La frase le quedó muy clara a Simon Anthamatten desde que comenzó a escalar pero nunca como esta vez que escalaron el Jasemba, una montaña de 7,350 metros, en la zona donde está el Nangpa La y el Cho Oyu, muy cerca de la frontera con el Tíbet. Simon (26 años), su hermano Samuel (23) y su amigo Michael Lerjen (24) se dirigieron hacia esa montaña de la que supieron que nadie había hecho un ascenso en estilo alpino, pese a las varias rutas que ya tenía. Además, eligieron una línea directa por la cara sur suroeste de la montaña, que tampoco había sido intentada.
Simon escalando en hielo a los 6,700 metrosen el Jasemba.
Fotos: colección Simon Anthematten
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Cuando llegaron a la cumbre, el 29 de octubre a las 14:30 horas, lo volvió a pensar: sí, apenas estaban a mitad del camino. Faltaba la bajada por esa pared en la que habían encontrado los problemas más grandes no en las dificultades técnicas, sino en la nieve suelta y resbaladiza por la que tenían que caminar lo más deprisa posible y sin ningún tipo de seguro para “dar un peso y resbalar dos”.
Incluso en las partes en que encontraron hielo o roca se sentían completamente seguros porque ahí al menos podían fiarse del terreno sólido y de sus anclajes: tornillos para hielo o algo empotrado en la pared. Pero no en las pendientes de nieve. ¿Cómo bajar por ahí cuando todo el terreno se movía y era inestable? Incluso sus vivacs (6,500 y 6,900) los habían puesto sobre hongos de nieve sumamente inestables y pasaron la noche “asegurados a la montaña”, dentro de lo que cabe con esa calidad de nieve.
Samuel y Michael a los 6,600 metros
Habían subido una montaña “menor” de 6,295 metros para aclimatarse porque querían subir el Jasemba en un estilo alpino puro, sin intentos previos. Después, caminaron cinco horas por el glaciar hasta la base de la pared y pasaron su primer vivac ahí, a 5,800 metros. La escalada la comenzaron propiamente el día 26 y tres días después alcanzaban la cima. Abajo quedaban las zonas de hielo, las franjas rocosas e incluso la pared de 150 metros que les bloqueó por un tiempo el acceso a la cumbre. Pero llegaron.
Con los nervios de punta, los tres bajaron con muchas más precauciones de las que habían tomado al subir. Usaron de todo para bajar los 25 rapeles: stoppers, camalots, un trozo de bastón de esquí, incluso un piolet enterrado en la nieve. Así, al quinto día de haber comenzado, estaban de nuevo en su campamento base, felices de haber logrado una nueva vía, de haber hecho el primer ascenso al Jasemba en estilo alpino y de estar vivos y listos para la siguiente.
Praparando la plataforma para el vivac 2 (6,500)
En la cumbre. Al fondo se ve en Cho Oyu.
El Jasemba, conocido también como Pasang Lhamu Chuli o Nangpa Gosum I, está en la frontera de Nepal con China, cerca del Nangpa La y el Cho Oyu. Fue escalado por primera vez en 1986 por un equipo japonés. En el 2004 un grupo esloveno encumbró por la cara sureste y la arista sur; en el 2007, los italianos Karl Unterkircher y Hans Kammerlander escalaron la cara SO hasta la misma arista.
Aunque para Simon no es la primera vez que escala montañas difíciles y de dificultad elevada, sí lo era enfrentarse a ese tipo de dificultades con gente de su misma experiencia y edad: “Muchas veces he escalado con gente más fuerte y experimentada. Esta vez éramos tres jóvenes amigos que se habían conocido por años y con las mismas habilidades y experiencia. Cada uno es igual en el equipo”.
La nueva línea con los vivacs marcados.