En 16 de octubre del 2008, cuando aún estaba la Primera Cumbre de Editores de Montaña en Utah, apareció en el sitio web de Alpinist la noticia de que cerraba sus operaciones por la crisis financiera de octubre. Desde el principio, las reacciones de los suscriptores y de los montañistas, que sentían perder un excelente órgano informativo con el cierre de Alpinist fueron de apoyo.

Hubo quien se quejaba del bajo costo de la revista pues eso la había hecho cerrar y apoyaba el aumento de precio a casi tres veces su costo normal. “Bien vale la pena pagar 30 dólares por un solo ejemplar.”

Poco tiempo después, el 11 de diciembre, se ponían a la venta las acciones de la empresa por cuestiones legales y en un intento por salvar la empresa tal como estaba, con el mismo proyecto, aunque fueran otros los dueños y directores.

Bien, parece que la avalancha de comentarios sobre el cierre de Alpinist, el apoyo y, sobre todo, el excelente trabajo realizado por el equipo desde su número cero hasta el 25 publicado (tenían casi listo el 26, listo para ir a la imprenta) surtió efecto: Height of Land Publications (HOL), propietarios de las revistas Backcountry y Telemark Skier, compró las acciones de Alpinist.

“Alpinist es un miembro perfecto en nuestra familia”, dijo el editor y presidente de HOL Jon Howard, “queremos honrar lo que el equipo de Alpinist hizo. Es una obra de arte y planeamos mantenerla de esa manera”. Así que HOL planea publicar el número 26 de Alpinist para el 1 de marzo y están lanzando una suscripción anual especial de relanzamiento por 30 dólares… lo que se había comentado que pagarían por un solo número.

Actualmente Jon Howard y Adam “Howie” Howard están negociando con el staff de Alpinist para determinar quién se queda en su trabajo. A quien sí le pidieron que se quedara en su puesto es a Christian Beckwith, el creador de Alpinist, quien invirtió siete años de su vida en el proyecto que imaginó y por el que los lectores pedían aumentar el costo del ejemplar. Aunque no hay una respuesta de Christian, estaba “genuinamente emocionado” con la oferta.

Aunque no estaría de tiempo completo y otra persona “con habilidades e historial comparables a los suyos” estaría en su lugar, Alpinist parece que resucita.

Independientemente de quién del anterior staff de Alpinist quede en su lugar de trabajo, hay que reconocer que todos ellos hicieron un excelente equipo para hacer de un sueño concebido por una persona la revista más importante del montañismo, como la calificó Messner en su momento. Y es ese trabajo el que hace que su obra renazca prácticamente de las cenizas.