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Montañismo y Exploración
Algo en el Karakorum

En la cordillera del Karakorum, en Pakistán, se encuentran cinco de los catorce ochomiles, entre ellos el K2, la segunda montaña más alta del mundo, los Gasherbrums I y II, el Broad Peak y el Nanga Parbat. A esa zona se dirigen ahora diferentes expediciones, cada quien con una montaña por escalar.







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En la cordillera del Karakorum, en Pakistán, se encuentran cinco de los catorce ochomiles, entre ellos el K2, la segunda montaña más alta del mundo, los Gasherbrums I y II, el Broad Peak y el Nanga Parbat. A esa zona se dirigen ahora diferentes expediciones, cada quien con una montaña por escalar.

Leonardo Pérez al Broad Peak

Nacido en un país donde la montaña más alta mide 513 metros sobre el nivel del mar, Leonardo Pérez apostó al Himalaya. Así, el año pasado estaba en Katmandú listo para ir al Cho Oyu, pero el gobierno chino había cerrado las puertas y nadie pudo entrar. Entonces, como muchos otros montañistas, Leonardo volteó a ver su única posibilidad: el Manaslu, pero el mal tiempo impidió que llegara a la cumbre.

Leonardo Pérez en el Manaslu
Foto: cortesía de Leonardo Pérez
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Ahora, Leonardo está camino al Broad Peak (8,047 metros) en la cordillera del Karakorum. Es la duodécima montaña más alta del mundo y es muy frecuentada por quienes comienzan en los ochomiles por ser de las “menos difíciles”, aunque presente sus problemas irresolubles para algunos o nuevas rutas para otros.

 

Una mujer más, por los 14 ochomiles

Primero fue la polaca Wanda Rutkiewicz. Había subido la increíble cantidad de ocho ochomiles. Luego desapareció en el Kangchenjunga mientras Carlos Carsolio subía en solitario a la cumbre. Ya nadie más la volvería a ver. Pero su camino fue seguido por otras mujeres. Cuando tres de ellas alcanzaron la cifra mágica de nueve, el mundo comenzó a seguirlas.

Ahora no son nueve ochomiles los que llevan y la gente ya no se pregunta cuántos más podrán subir. Ahora la pregunta es quién llegará primero. Pero también ha aparecido una cuarta mujer, decidida a pasar a la historia como la primera en lograr los 14 ochomiles.

Kinga Baranowska

Pero además de Edurne, Gerlinde, Nives y Oh Eun-Sun, las mujeres siguen transitando por el Himalaya, muchas veces anónimas y sólo son vistas cuando alcanzan la cumbre de varios de los gigantes de Himalaya. Es el caso de Kinga Baranowska, montañista de 33 años de Polonia, quien se dirige también al Karakorum con un objetivo claro: subir los Gasherbrum I y II, que representarían su séptimo y octavo ochomil.

Sus ochomiles logrados son: Cho Oyu (8,201 metros), octubre de 2003; Broad Peak (8,047), 22 de julio de 2006; Nanga Parbat (8,125), 18 de julio de 2007; Dhaulagiri (8,167), 1 de mayo del 2008; Manaslu (8,163), 5 de octubre del 2008 y Kangchenjunga (8,595), 18 de mayo del 2009.

De lograrlo, sería la primera mujer polaca en igualar el récord de Wanda, considerada por algunos como la mejor montañista del siglo XX.

 

Gerlinde y David Göttler al K2

Gerlinde Kaltenbrunner y David Göttler hicieron cima en el Lhotse en mayo. El 10 de junio partirán rumbo a Pakistán con el propósito de escalar el K2. Ralf Dumjovitz, quien terminara los 14 ochomiles con el Lhotse, no escalará la montaña pero alcanzará a la pareja tres semanas después. El plan de Gerlinde y David es ascender por el espolón SSE sin porteadores de altura y sin oxígeno, es decir: en estilo alpino.

Expedición comercial al K2

Las montañas más altas se consideraron durante mucho tiempo como reservadas para los montañistas más expertos. Sólo ellos podrían solucionar los problemas que se presentarían ahí. La gente tenía en mente a Hillary y Tenzing y a Herzog y Lachenal como los prototipos de los montañistas del Himalaya. En 1985 se apareció el multimillonario Dick Bass, quien no dudó en pagar la cantidad que fuera con tal de que le prepararan el camino hacia la cima del Everest porque quería subirlo a toda costa. Sus huellas aún quedan ahí y son recorridas por cientos de “clientes” cada año, pues se ha formado todo un comercio con las montañas más altas del planeta.

Para muchos, ese paso fue la degeneración de un deporte que había sido exclusivo. Pero de entre todas las montañas, el K2, “la montaña de las montañas”, no sería tocado por una expedición comercial porque plantea severos problemas.

Pero una expedición comercial ya se dirige al K2. Está dirigida por Fabrizio Zangrilli, un guía profesional que radica en EUA y que encontró el modo de hacerla llegar a clientes: deben tener experiencia en montañas de siete mil metros y comprobarla; además, los integrantes de la expedición son elegidos, pues sólo pueden participar quienes sean invitados personalmente, lo que implica que ya se ha revisado ampliamente su capacidad técnica y su historial.

Esto solucionaría muchos problemas para aquellos que desean subir a la segunda montaña más alta del mundo pero que no pueden participar en expediciones ya organizadas. La primera experiencia de este tipo la realizó Zangrilli en el 2006 y algunos de sus miembros se quedaron cerca de la cumbre. Esta vez esperan llegar a la meta.



 



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